El Mundo.- En un solo día de noviembre, más de 60 edificios aparecieron señalados en la capital parisina con la estrella de David. Ese mismo mes, Francia registró una veintena de ataques de vandalismo contra mezquitas. El discurso y los actos antisemitas y antimusulmanes se han disparado en Europa desde los ataques de Hamas del 7 de octubre. La UE llevaba tiempo advirtiendo de esta tendencia. Ahora es el Consejo de Europa quien lanza la alarma por el aumento «significativo» de este discurso de odio.
La Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI, por sus siglas en inglés), organismo del Consejo de Europa, advierte en su informe anual de un auge en estas dinámicas racistas y antisemitas en el continente. El organismo, con sede en Estrasburgo, y del que forman parte 46 países, pone el énfasis en la instrumentalización de estos acontecimientos por parte de la clase política.
El informe acusa un «aumento significativo» de los incidentes «motivados por el odio contra los musulmanes» desde que el grupo islamista llevase a cabo el peor atentado de la historia de Israel. El documento de 58 páginas denuncia ataques físicos contra los musulmanes así como la utilización de discursos políticos que presentan como una amenaza la «islamización de las sociedad europeas». En paralelo, registra un «incremento vertiginoso de antisemitismo» en varios países europeos, constatando una amplia variedad de incidentes que incluyen amenazas de muerte, actos de vandalismo y profanación de sitios del comunidad judía, como sinagogas y cementerios, o ataques en colegios.
La UE ha advertido durante todos estos meses de la preocupante tendencia al alza de los incidentes motivados por el odio tanto en Internet como en la vida real, una dinámica que se ha multiplicado con la guerra en Gaza. «Trágicamente, la historia se repite. Los conflictos y la desinformación a escala mundial están sembrando las semillas del odio. Todas las personas deben ser protegidas y respetadas, independientemente de su religión o convicciones, nacionalidad, género, raza o cualquier otro pretexto utilizado indebidamente para incitar a la discriminación, el odio o la violencia», denunció Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea.
Además, los autores denuncian las trabas de algunos países europeos en el acceso al asilo y a la protección internacional. Italia, por ejemplo, selló recientemente un acuerdo con Albania para deportar al país balcánico a los solicitantes de asilo mientras se procesa su petición. La vía Meloni es ejemplo para muchos en el bloque comunitario. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y favorita para repetir en el cargo, lo ve con buenos ojos y 15 países más se han mostrado favorables a replicar este modelo. La UE ha consolidado durante la legislatura saliente una postura más firme contra la inmigración. De hecho, en la carrera acuciante para elegir a los altos cargos de la nueva cúpula, el portugués António Costa se está topando con resistencia para ser el próximo presidente del Consejo Europeo porque varios líderes del Partido Popular Europeo lo perciben como muy blando en temas migratorios.