ENRIQUE MÜLLER. EL PAÍSAlemania, el país donde hace tan solo 75 años, la población judía era denunciada por sus vecinos y enviada a los campos de la muerte, se convirtió este martes en el escenario de una inédita y polémica campaña destinada a cazar a los últimos criminales nazis que aún se encuentran con vida. Bajo el lema Tarde, pero no demasiado tarde, el centro Simon Wiesenthal, que tiene sede en Jerusalén, anuncio en Berlín que los alemanes recibirán una recompensa de 25.000 euros si ofrecen información que ayude a la captura de alguno de ellos.
Para obtener la cooperación de la población alemana, el centro distribuirá más de 2.000 carteles en las ciudades de Berlín, Hamburgo y Colonia, donde se puede leer una frase categórica y que recuerda el sufrimiento que vivió la población judía bajo el régimen nazi. “Millones de inocentes fueron asesinados por criminales nazis. ¡Algunos de ellos aún viven y están libres!. Ayúdenos a llevarlos ante la justicia”, señala el cartel, que está adornado con una foto en blanco y negro de la famosa “puerta de la muerte” de Auschwitz, el más mortífero y famoso de los campos de extermino que construyeron los nazis en Polonia.
Con la campaña, que tendrá una duración de dos semanas, el centro espera recibir información de gente que trabajó en los campos de la muerte o integró los einsatzgruppen (comandos de la muerte). Según el centro Simon Wiesenthal, unas 6.000 personas trabajaron en los campos de la muerte y se calcula que un 2% (unos 120) aún se encuentra con vida.
“Ahora se ha vuelto mucho más fácil descubrir a los criminales nazis en Alemania”, dijo Efraim Zuroff, presidente del centro, al presentar la campaña a la prensa. “La situación legal en Alemania cambió con la detención y condena de Ivan [John] Demjanjuk. Tras su su juicio se modificaron las bases legales. Ahora es suficiente con la prueba de que esas personas trabajaron en campos de exterminio o en comandos de la muerte. Antes era necesario demostrar que esas personas habían cometido un crimen”.
Demjanjuk fue condenado en mayo de 2011 por un juez de Múnich a cumplir una pena de cárcel de cinco años después de ser encontrado culpable de haber sido cómplice en el exterminio de por lo menos 28.000 judíos en el campo de concentración de Sobibor.
En el punto de mira del centro se encuentra Gerhard Sommer, un ex oficial de la SS, quien aparentemente vive en un asilo de ancianos en Hamburgo. Sommer ocupa el lugar número dos en la lista de los criminales más buscados por el centro y ya fue condenado, en 2005, a cadena perpetua por un tribunal en Italia. El ex oficial participó en la matanza de 550 civiles italianos en el pueblo de Sant’Anna di Stazzema, que tuvo lugar en mayo de 1944.
La campaña, que está apoyada por el Consejo Central judío de Alemania, también tiene un lado oscuro que despierta controversia en un país que vivió la represión y la denuncia, tanto bajo el régimen nazi, como en la dictadura comunista que prevaleció en la ahora desaparecida República Democrática de Alemania, donde existió la temida Stasi. En ambos regímenes, las autoridades policiales alentaron a la población a denunciar a los judíos durante el III Reich y a los enemigos del régimen comunista en la ex RDA.
La campaña no cuenta con el apoyo oficial del Gobierno alemán y su lanzamiento fue criticado por Michael Wolffsohn, un conocido académico germano-israelí, que calificó la recompensa ofrecida por el centro como “de mal gusto, irreverente y desvergonzada” . “La acción no aportará nada y solo despertara entre la población un sentimiento de compasión con los ancianos criminales de guerra”, dijo el historiador.