Pudo arrastarlas al sótano del restaurante mientras los terroristas mataban a los clientes en la planta de arriba
EL CONFIDENCIAL.- El día después de los atentados en París, mientras se identifican a las víctimas, hay quien alimenta el miedo y el odio contra los musulmanes. Una vez más, el límite entre religión y fundamentalismo se confunde y ahora parece que los enemigos son todos musulmanes. Como si el ‘Allah Akbar’ que gritaron los terroristas en la sala de conciertos Bataclan, sirviera para representar a toda una comunidad.
De entre los ochos terroristas no todos son musulmanes, tal y como recuerda Safer al periódico italiano ‘LaStampa’. Él, francés musulmán, es uno de los camareros del restaurante asaltado por uno de los grupos armados. En el Carrillon, en la décima y muy cerca de la Avenida de la República, han muerto 15 personas, pero entre las víctimas podría haber dos mujeres más si Safer no las hubiera salvado.
Cuando los terroristas empezaron a disparar, las dos mujeres resultaron heridas y este camarero francés fue capaz de arrastarlas al sótano del local mientras en la planta de arriba los terroristas seguían matando a gente. Gracias a él, aún pueden contarlo.
El día después del terror, Safer ha vuelto a visitar la República, zona semi desierta. Él, como otros parisinos, no llega a entender qué ha ocurrido e insiste en que ellos no representan a los musulmantes. Asevera que eso no es Islam, sino otra cosa.