Defensores de Trump difunden imágenes de «el muro de la vergüenza de México y Guatemala del que nadie habla» y que en realidad no existe. Las fotos corresponden al muro de EEUU en Tijuana (México), el que rodea el tren ‘La Bestia’ e incluso a la valla de Melilla
GABRIELA SÁNCHEZ / RAÚL SÁNCHEZ. ELDIARIO.ES.- Poco tiempo después de que Donald Trump anunciase su decisión oficial de construir un nuevo muro entre EEUU y México, horas más tarde de la reacción del presidente mexicano contra su creación, una noticia y varias fotos comenzaron a difundirse por Twitter: «El muro de la vergüenza de México y Guatemala del que nadie habla». Un muro que, en realidad, no existe.
La información es un bulo generado a raíz de un artículo publicado en la página web «Noticia libre’. Las fotografías incluidas, y posteriormente compartidas por decenas de usuarios de Twitter, no corresponden a la frontera entre México y Guatemala. Una de ellas, que abre la noticia, muestra el muro ya existente en el perímetro fronterizo de EEUU, en su tramo situado entre Tijuana (México) y San Diego (EEUU).
Cuando Peña Nieto dice que ‘ #Mexico no cree en muros’ olvida el deslumbrante muro que mantiene con #Guatemala #mexicowall #walltrumppic.twitter.com/8kKZrZr1St
— Javier del Campo (@javierdelcampom) 26 de enero de 2017
La segunda imagen tampoco está tomada en Guatemala y, en este caso, ni siquiera corresponde a una frontera. Aunque sí tiene que ver con las migraciones desde Centroamérica: se trata de una fotografía del muro coronado por concertinas que rodea las vías de ‘La Bestia’, el tren de mercancía utilizado por miles de migrantespara atravesar Centroamérica en su intento de llegar a Estados Unidos de forma clandestina.
Como parte del plan del Gobierno de México Frontera Sur, implementado por el gobierno federal para contener el flujo de migrantes en el país, la empresa Ferrocarril del Sureste (Ferrosur) empezó a construir en 2014 un muro de más de metro y medio de alto, según el medio local Sinembargo.mx para intentar blindar el acceso a La Bestia en el municipio mexicano de Tierra Blanca, en el Estado de Veracruz.
Las organizaciones que atienden a la población migrante en la zona criticaron con dureza la construcción del muro que, según el presidente mexicano, buscaba proteger los derechos de los migrantes. Una de las cuestiones denunciadas era que imposibilitaba el acceso de estos al Albergue Decanal Guadalupano, cuyo objetivo es prestar atención humanitaria a estas personas durante el camino.
Diversos medios locales denominaron a esta barrera física como «muro anti-inmigrantes», por construirse para complicar el acceso de estos al tren de mercancías. Pero no es un muro fronterizo ni se encuentra en su línea divisoria con Guatemala.
Incluso varias personas han tuiteado con indignación mensajes contra la supuesta conspiración de los medios para ocultar «el muro de México y Guatemala» junto a una foto de una alambrada que nos resulta familiar: la valla de Melilla de seis metros de altura y 12 kilómetros de largo que separa España de Marruecos en su frontera sur.
¿Cómo es entonces la frontera Guatemala-México?
El director del medio mexicano Animal Político, Daniel Montero, que ha elaborado un especial de investigación sobre la frontera sur de su país, es tajente: «En efecto, no hay muro. Ha habido una política migratoria de persecución a migrantes centroamericanos, muy criticada en México. Peña ha sido el presidente que más centroamericanos ha deportado y Obama financió eso. Pero muro físico no hay.»
Desde Guatemala, Asier Vera, periodista freelance basado en Ciudad de Guatemala, no puede evitar la risa al comentar el supuesto muro con México. Después de recorrerse buena parte de la frontera guatemalteca para documentar los viajes de los migrantes centroamericanos, explica cómo es realmente el perímetro entre ambos países.
«Lo que existe es todo lo contrario a un muro. Se trata del Río Suchiate [en la mayor parte de la frontera], situado entre Tecún Umán (Guatemala) y Ciudad Hidalgo (México), que separa ambos países por escasos 50 metros. Por este río cruzan de madrugada decenas de migrantes procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador, sobre todo, aunque también de Cuba, Haití y países africanos. Lo hacen a través de unas balsas inflables a través de las cuales cruzan de un país a otro ilegalmente y sin ningún tipo de control policial ni fronterizo», describe.
Ximena Villagrán, periodista guatemalteca de El Intercambio, destaca que «las balsas pasan con los migrantes por debajo de las cámaras de seguridad fronterizas, que casi nunca están funcionando». Villagrán relata que, más allá del río, «las fronteras entre Guatemala y México, al menos del lado de Guatemala, son muy básicas». Según añade, «varias organizaciones de migrantes contabilizan más de 700 puntos ciegos por donde se puede cruzar».
Por su parte, Elisabeth Vallet investigadora de la Universidad de Quebec en Montreal, asegura a eldiario.es que lo que sí existe son «algunas vallas selectivas en los cruces fronterizos habilitados más poblados y visitados», añade la profesora. Sus investigaciones sobre geopolítica han nutrido destacados proyectos periodísticos de The Economist y The Washington Post sobre los muros del mundo.
Según explica, aunque las autoridades mexicanas destinaron presupuesto en 2014 a la posible construcción de un muro, nunca se ha llegado a realizar.
