El brutal asesinato en Dinamarca de un hombre negro aviva la tensión racial

, , | 1 julio, 2020

En una remota isla danesa, un hombre negro fue asesinado por dos hombres con conocidas tendencias de extrema derecha, pero las autoridades se niegan a considerarlo como crimen de odio

EL CONFIDENCIAL.– Bornholm, una recóndita y apartada isla danesa en el mar Báltico, ha sido el escenario de un escalofriante crimen que ha levantado las sospechas de la comunidad por la negativa de las propias autoridades a considerarlo como un delito de odio contra la raza.

Todo ocurrió la semana pasada, cuando el cuerpo torturado y sin vida de Phillip Mbuji Johansen, un hombre negro de 28 años de ascendencia danesa y tanzana, fue encontrado en un refugio en medio del bosque, a donde supuestamente había ido a tomar unas cervezas con unos amigos tras visitar a su madre.

Al día siguiente fueron detenidos por homicidio involuntario dos hermanos, de 23 y 25 años; y a pesar de que admitieron haber golpeado a Johansen, negaron haberlo matado. Según explica el periodista Thomas Erdbrinken en ‘The New York Times‘, la madre de Johansen aseguró que uno de ellos era un viejo amigo de su hijo, que se habría graduado recientemente en ingeniería y se había mudado a la ciudad de Roskilde, cerca de Copenhague.

Uno de los dos sospechosos tiene tatuada una esvástica y las palabras «poder blanco» en una pierna, mientras el otro ha expresado su apoyo al partido danés de extrema derecha Stram Kurs (Hard Line). Según Redox, un grupo de investigación activista de izquerda citado por ‘TNYT’, este último había publicado recientemente en su muro de Facebook un mensaje de apoyo hacia el movimiento ‘White Lives Matter’, surgido en los últimos tiempos en contraposición al antirracista ‘Black Lives Matter’.

El fiscal encargado del caso, Benthe Pedersen Lund, se escudó en que la víctima y los atacantes se conocían entre ellos para defender que el asesinato no tuvo nada que ver con «el color de la piel» de Johansen, sino con una «relación personal que salió mal». Pero los detalles del asesinato del joven hablan de violencia, ensañamiento y muchos han visto patrones de violencia racial.

Según la acusación preliminar, el cráneo de Johansen se rompió tras haber sido golpeado varias veces con una viga de madera. También fue apuñalado varias veces, le clavaron un cuchillo en la garganta y le presionaron con una rodilla en el cuello, una técnica de inmovilización que fue la que provocó la muerte de George Floyd a manos de la policía. Según el informe forense, murió en algún momento de la madrugada del martes.

La polémica se centra ahora en por qué la Fiscalía y las autoridades -el caso ha sido tratado como un homicidio y no ha tenido una gran cobertura en los medios- pretenden encauzar el crimen hacia las motivaciones personales cuando muchas pruebas «apuntan» a que es un crimen de odio motivado por el color de la piel de Johansen, explica la activista Awa Konaté.

Dinamarca adoptó un estatuto de crímenes de odio en 2004 (se considerará como agravante que el delito provenga de orígenes étnicos, creencias religiosas u orientación sexual) pero hay varias voces que critican que, en demasiadas ocasiones, las autoridades son reacias a reconocer que exista esa violencia racial. Sin embargo, según un informe de la Unión Europea de 2018, entre los años 2007 y 2016 los delitos de odio por motivos raciales en Dinamarca se cuadruplicaron.

Un amigo cercano de la víctima, Daniel Villaindulu, denuncia que Johansen fue «torturado durante horas», y apunta que ellos dos eran de los pocas personas negras en la isla de Bornholm. «Ellos dijeron que había celos sobre alguna cosa», afirma Villaindulu en una entrevista telefónica con ‘TNYT’, «pero cuando sumas todo y acabas sabiendo que estos chicos tenían un tatuaje de una esvástica y son de extrema derecha, puedes imaginarte por qué acabó así».

Tobias Krahmer, otro amigo de la familia, cree en la versión oficial. Le dijo a un canal de noticias local que él pensaba que el asesinato no estaba motivado por motivos raciales, pero hay quien dice que Krahmer, que es blanco, arrancó el otro día un cartel de ‘Black Lives Matter’ frente al tribunal.

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