El brutal asesinato de una estudiante azuza el debate migratorio en Alemania

| 6 diciembre, 2016

Tras la detención de un refugiado afgano, democristianos y socialdemócratas piden no extender la sospecha a todos y el partido antiinmigración AfD responsabiliza a Merkel

LUIS DONCEL. EL PAÍS.- Tras semanas de máxima tensión, los cerca de 225.000 habitantes de Friburgo respiran ahora algo más tranquilos. Esta idílica ciudad del suroeste de Alemaniaha encajado dos golpes en muy poco tiempo. El primero llegó el 16 de octubre. Entonces fue hallado junto al río Dreisam el cadáver de Maria L., una estudiante de Medicina que volvía a casa de una fiesta universitaria. Murió ahogada tras ser violada. Tres semanas después, Carolin G., de 27 años, sufrió un destino similar. Un rastro de ADN permitió a la policía el viernes dar con el supuesto asesino de Maria. Se investiga ahora si es también el responsable de la otra muerte.

En Friburgo están aliviados porque un asesino ha dejado de pasear libre por sus calles. Pero una nueva polémica se extiende ahora por todo el país. El hecho de que el detenido sea un afgano de 17 años sin familia llegado a Alemania el año pasado da al caso una nueva dimensión; y divide a ciudadanos y políticos en dos grupos. A un lado, los que recuerdan que la responsabilidad de los crímenes es individual y piden no extender una sospecha generalizada a todo un colectivo. Al otro, los que responsabilizan de lo ocurrido a la política migratoria de la canciller Merkel. “Gracias, Angela”, escribía en Twitter un internauta con un macabro sentido del humor. “Señora Merkel, ¿puede dormir tranquila por las noches?”, le preguntaba otra en Facebook. Maria, la joven violada y asesinada, estaba muy involucrada en ONG en defensa de los refugiados.

El caso es nuevo, pero la polémica de fondo no. Algunos recuerdan los robos y agresiones –principalmente, a manos de norteafricanos–que un millar de mujeres sufrió la pasada Nochevieja en Colonia, una herida que aún no ha cicatrizado. Las estadísticas oficiales muestran que los 890.000 solicitantes de asilo llegados el año pasado no delinquen más que la media de la población. Pero estos datos solo convencen a los que ya están convencidos de que no se pueden lanzar condenas genéricas.

Merkel, canciller y líder democristiana, pidió este lunes el esclarecimiento del «trágico suceso», pero que ello no suponga el «rechazo a todo un grupo». «Estos asesinatos repugnantes ya se producían antes de que llegara el primer refugiado. No vamos a permitir que estos crímenes instiguen el odio”, añadió Sigmar Gabriel, vicecanciller y líder socialdemócrata. En el extremo opuesto está el partido derechista antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD). “Nuestros avisos sobre la llegada incontrolada de cientos de miles de hombres jóvenes procedentes de culturas islámicas y patriarcales eran tratados como populistas”, respondió su colíder Jörg Meuthen.

La polémica también salpica a los medios de comunicación. Y muy especialmente al Tagesschau –el informativo del canal público ARD–, que en su edición del sábado a las 20.00 no informó del caso. Su responsable respondió a las críticas de ocultación. “Cualquier asesinato es terrible. Pero en muy pocas ocasiones informamos sobre crímenes aislados”, escribió su redactor-jefe, Kai Gniffke, que negó cualquier relación entre el origen del sospechoso y la no emisión de la noticia. La asociación de periodistas y otros medios han criticado la actuación del Tagesschau.

La detención del joven afgano ha desatado una oleada de comentarios racistas en Internet, algo habitual en estos casos. Hace tiempo que muchos medios de comunicación han decidido restringir de alguna forma los comentarios en este tipo de noticias. Adoptaron esta decisión ante la incapacidad de moderar un debate en el que abundaban las barbaridades.

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