Los comunicados del club, junto a las reivindicaciones de algunos de sus iconos, le alejan de la neutralidad que muchos seguidores le reclaman
ABC.- «El Barça es un club catalán y catalanista, pero no hacemos política». Este fue el mensaje que compartió Josep María Bartomeu en sus redes sociales en junio de 2015, dos semanas antes de ser elegido presidente de la entidad por los socios. Sentaba así las bases de lo que pretendía que fuera su mandato: «Voy a enfrentarme siempre a quien utilice el club de forma partidista», añadía.
Cuatro años después de aquello, el Barcelona, lejos de no meterse en política, se ha colocado a sí mismo en una posición que pone en duda ese espíritu apolítico y neutral. Esta decisión ha ido marginando a los seguidores que no respaldan el independentismo, los cuales no son pocos, pues se trata del segundo equipo con más aficionados en toda España y uno de los que más tiene en el resto del mundo. El comunicado tras la sentencia del procés fue, para muchos, la gota que colmó el vaso.
«La prisión no es la solución», titulaba el texto del pasado lunes. El Barcelona, como en ocasiones anteriores, volvía a alinearse con las tesis independentistas, esta vez para cuestionar la sentencia del Tribunal Supremo. Antes, en no pocos partidos, el club había permitido que se introdujeran pancartas en el estadio con mensajes contra la democracia en España, como aquella que rezaba: «Solo las dictaduras encarcelan a líderes políticos pacifistas». Este tipo de reivindicaciones están prohibidas por la UEFA y el Barcelona ha sido sancionado por ello.
Pero no es nada nuevo. Hace dos años, con motivo del 1 de octubre, fecha en la que se celebró el referéndum ilegal, el club también tomó partido: «El Barcelona condena las acciones llevadas a cabo hoy en muchas localidades de toda Cataluña para impedir el ejercicio del derecho democrático», manifestó. Entonces, como ahora, volvió a posicionarse políticamente, dejando al margen a los miles de aficionados azulgranas que no comulgan con el separatismo y respaldaban la actuación de las fuerzas de seguridad.
Aquel episodio abrió algunas heridas dentro del propio club, entre los partidarios de jugar el encuentro de ese día frente a Las Palmas y los que preferían no hacerlo -las informaciones apuntaron a Gerard Piqué y Sergi Roberto, quienes habían participado en la votación horas antes-. Al final se terminó jugando a puerta cerrada. Previamente, en mayo de 2017, el club se había adherido al movimiento en favor de la celebración del referéndum en Cataluña.
Sin embargo, el Barcelona no está solo en esta postura, sino que le acompañan varios de los iconos de la historia azulgrana. Es el caso de Piqué, que aunque nunca se ha manifestado a favor de la secesión, sí que ha apoyado en multitud de ocasiones algunas de las tesis independentistas, como el supuesto derecho a decidir. Tras el último comunicado del Barcelona, volvió a hacerlo: «Orgulloso de ser parte de este club».
Xavi, Guardiola, España y Qatar
Su excompañero Xavi Hernández fue más allá. Tras conocerse la sentencia, el excapitán del Barcelona y de la selección española fue muy duro y publicó en sus redes sociales la palabra «vergüenza» en tres idiomas: catalán, español e inglés, acompañada, además, con la etiqueta #llibertadpresospolitics. Esta reivindicación en forma de hashtag también la utilizó en la Diada de 2018.
Su mensaje no tardó en ser contestado por muchos usuarios que le recordaron su relación con Qatar, una dictadura donde ahora mismo se gana la vida como entrenador del Al-Sadd. Xavi, además, llegó a defender a este régimen hace escasas semanas: «Qatar no es una democracia, pero funciona mejor que España».
Finalmente, otra figura relevante relacionada con el Barcelona como la de Guardiola se ha erigido en cabeza visible del independentismo. A sus apariciones en actos de este tipo y las múltiples reivindicaciones en el banquillo -por las que incluso ha sido advertido- se suma su reciente aportación a un vídeo de «Tsunami democrático», plataforma anónima que está detrás de las llamadas a la acción en las calles de estos últimos días.
El que fuera entrenador del Barcelona en su etapa más exitosa está al frente ahora del banquillo del Manchester City, un club cuyo propietario es Mansour bin Zayed Al-Nahyan, hermano del actual presidente de los Emiratos Árabes Unidos, un país donde los derechos humanos están en cuestión y al que, al igual que Xavi con Qatar, Guardiola no dedica ningun tipo de comentario.
Lluvia de críticas
La portavoz de Ciudadanos Inés Arrimadas fue una de las que se encargó de recordar a Guardiola su paso por Qatar, donde compitió al final de su carrera: «Muy valiente para calumniar a España pero ni una palabra sobre Qatar, donde se forraba», dijo. El entrenador, además, es uno de los rostros visibles del controvertido Mundial que tendrá lugar en el país en 2022.
Otras personalidades del mundo del deporte se han mostrado muy críticos al respecto. El periodista Paco González calificó a Xavi y Guardiola de «lamejeques», mientras que el futbolista Joaquín también tuvo unas palabras para Xavi: «Tiene derecho a expresar sus ideas como quiera, como todo el mundo, pero el respeto no se puede perder».