EL MUNDO.- El detenido por el atropello múltiple en Londres, que ha provocado un muerto y ocho heridos hospitalizados, iba chillando: «Quiero matar a todos los musulmanes» momentos después del atropello, según han relatado varios testigos de los hechos.
El agresor conducía una furgoneta blanca que circulaba por el carril de los autobuses de la calle Seven Sister en Londres, antes de desviarse hacia el pavimento para atropellar a los viandantes. Las víctimas, todas ellas musulmanas, salían de la mezquita de Finsbury Park, tras los rezos de la medianoche en el Ramadán.
Abdulrahman Saleh Alamoudi fue uno de los testigos del ataque. Se encontraba entre un grupo de gente que ayudaba a un anciano que se había caído al suelo posiblemente debido a un golpe de calor, cuando la furgoneta se abalanzó sobre ellos. «Una furgoneta grande vino a por nosotros. Al menos, 8 o 10 personas resultaron heridas. Por suerte, me las arreglé para escapar y, luego, el tipo salió de su furgoneta para escapar y le cogí», ha asegurado este testigo a BuzzFeed.
Y su relato prosigue así: «Estaba gritando y decía: ‘Voy a matar a todos los musulmanes’. Estaba lanzado golpes. Entonces nos las arreglamos para tumbarle en el suelo y él dijo: ‘Mátame, mátame’. Y yo le contesté. ‘No te vamos a matar. ¿Por qué hiciste esto?’ Pero él no contestó».
El autor del ataque, de 48 años, fue capturado por la multitud después de que cometiese el atropello y, posteriormente, pasó a manos de la Policía. Por el momento, no hay más sospechosos, aunque la investigación prosigue adelante.
El individuo detenido, que según los testigos se trataría de un hombre blanco de fuerte complexión física, fue llevado a un hospital como medida de precaución y, una vez dado de alta, será trasladado a una comisaría para ser interrogado.
Con el ataque de anoche, Londres registra el tercer incidente relacionado con atropellos a viandantes. El primero tuvo lugar el pasado mes de marzo cuando un hombre, identificado como Khalid Masood, arrolló con un 4×4 a los peatones que se encontraban en el Puente de Westminster. Este atentado causó seis muertos y 50 heridos.
El último ataque se produjo el pasado 4 de junio cuando tres atacantes sembraron el pánico en el Puente de Londres dejando a su paso un reguero de 8 cadáveres. En esta ocasión, también una furgoneta se lanzó a más de 80 kilómetros por hora sobre un grupo de viandantes. Tras los atropellos, tres hombres salieron del interior del vehículo, armados con cuchillos y con chalecos «suicidas» que resultaron ser falsos. Los agresores acuchillaron a discreción a decenas de personas a la entrada de los bares y de los pubs, de camino hacia el cercano Borough Market.