Infobae.- Surgen datos cada vez más inquietantes sobre el aumento exponencial de los grupos neonazis en Brasil. Según la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), cientos de personas de ideología supremacista y neonazi habrían participado activamente en canales de Telegram, inmediatamente después del resultado electoral del 30 de octubre, para difundir la idea golpista que condujo a las invasiones de los palacios del poder en Brasilia el 8 de enero.
En su informe de inteligencia, la ABIN destacó cómo “los grupos neonazis muestran interés en asociar narrativas supremacistas a los movimientos que impugnan los resultados electorales y adoptan discursos que dialogan con las agendas de otros movimientos para reclutar nuevos adeptos y promover acciones violentas contra autoridades, instituciones y grupos antagonistas”.
En particular, los neonazis apoyaron los bloqueos de las principales carreteras del país perpetrados por camioneros descontentos con la victoria de Lula. Según la ABIN, “los mismos grupos neonazis se hicieron eco de llamamientos a cuestionar la legitimidad de los resultados electorales o trataron de aprovechar las narrativas deslegitimadoras para promover tesis extremistas violentas o fomentar movimientos de insurrección armada.”
Un grupo de Telegram, en el que abundaban los mensajes de odio antirracial, fomentaba, según el análisis de la ABIN, la creación de una “milicia digital”. Los líderes del canal afirmaban que el gobierno de Lula subyugaría a los “blancos, especialmente a los del Sur” mediante la creación de un Ministerio de Igualdad Racial.
También se publicaron en el canal citas de figuras históricas del nazismo y el fascismo y mensajes antisemitas. En las protestas contra el resultado electoral hubo propaganda separatista de la región sur de Brasil, odio racial, difusión de técnicas de guerrilla y manuales para imprimir armas y municiones en 3D. Como destacan los estudios de Yannick Veilleux-Le Page, del Royal Military College de Canadá y uno de los mayores expertos en terrorismo y armas 3D, la construcción de armas 3D es la coronación perfecta de la ideología supremacista, que muestra así a sí misma y al mundo su superioridad incluso en la producción de armas. El mercado de las armas 3D en Brasil es un fenómeno creciente y, por tanto, preocupante.
El pasado mes de julio, la policía del sureño estado brasileño de Santa Catarina llevó a cabo una gran operación contra los grupos neonazis de la región. Santa Catarina lidera el avance del neonazismo en Brasil. En un año – de 2021 a 2022 – el número de estos grupos extremistas identificados en el estado más que redobló, con 320 células activas, lo que representa más de una cuarta parte de los 1.117 grupos catalogados en el país. Sólo en Blumenau son 63. Esta ciudad de 365.000 habitante sólo es superada por San Pablo, la mayor metrópoli latinoamericana con 12 millones, donde hay 96 células neonazis. Esta proliferación de extremistas tiene sus raíces en la historia política de Santa Catarina que a finales de la década de 1920 acogió la primera “sucursal” del Partido Nazi en Brasil.
Según la investigación, el grupo que se autodenominaba “Las Nuevas SS de Santa Catarina” no sólo producía propaganda neonazi, sino que también realizaba rituales dedicados a Adolf Hitler. Además de banderas y objetos con símbolos nazis, se incautaron armas 3D y munición. En 2022, siempre en el estado de Santa Catarina, la policía incautó una impresora 3D y un arma de fuego de fabricación casera a un grupo extremista de São Miguel do Oeste. Junto con las armas, se encontraron una bandera nazi y una bandera de Kekistán (una nación ficticia creada en foros de Internet de extrema derecha), así como casquillos de bala de 9 mm, un cargador, manuales para la creación de armas impresas en 3D y drogas.
Aquella incautación desencadenó una importante operación policial apodada “Proyecto Arma”, que durante meses vigiló las relaciones entre los grupos neonazis brasileños y la producción de armas 3D. Entre los detenidos había un oficinista de 27 años y estudiantes de entre 20 y 21 años. También se descubrieron canales de Telegram en los que se publicaban tutoriales y documentos sobre armas de fabricación casera. El modelo 3D que está más en alza en Brasil es el FGC-9 (acrónimo en inglés de “fuck the gun control”), un rifle semiautomático. Fue lanzado a principios de 2020 y diseñado por un proyectista europeo bajo el seudónimo JStark1809.
Aumento de las investigaciones
La Policía Federal brasileña declaró que el número de investigaciones abiertas por presunta incitación al neonazismo ha aumentado desde 2019, con un “incremento significativo” este año. La ley brasileña de 1989 sobre racismo castiga el uso de símbolos vinculados al nazismo, y los discursos considerados “apología del régimen de Adolf Hitler” no están protegidos por los estatutos de libertad de expresión de Brasil.
Sin embargo, incidentes como la visita oficial de la diputada alemana Beatrix von Storch, del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), han puesto en duda la capacidad de resistencia del país frente a los fantasmas del neonazismo. Von Storch en 2022 fue recibida por el entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que no podía desconocer su historia familiar y las características de su partido. Von Storch es nieta de Lutz Graf von Krosigk, ministro de Finanzas de Hitler, mientras que su partido, la AfD, es objeto de una investigación de la inteligencia alemana por sus conexiones con actos extremistas en Alemania.
Bolsonaro también se había reunido en 2021 con Jason Miller, ex portavoz de Donald Trump y CEO de la red social GETTR, que posteriormente fue interrogado en el aeropuerto de Brasilia por la policía federal en el marco de la investigación sobre las “fake news” y los actos antidemocráticos iniciada antes de las elecciones. Según el sitio web de análisis Politico, además de canalizar propaganda supremacista y neonazi, la plataforma GETTR “difunde una avalancha de material vinculado a la yihad islámica, incluidos vídeos de decapitaciones y memes virales que promueven la violencia contra Occidente”.
La conexión con EEUU
Estados Unidos representa un puente privilegiado con Brasil para la difusión de movimientos neonazis. Es el caso, por ejemplo, de la Orden de los Nueve Ángulos, conocida como ONA u O9A. En Brasil, el grupo está presente e incluso tiene una editorial. Las autoridades estadounidenses la han descrito como un “grupo neonazi y supremacista blanco de base ocultista” con “creencias violentas, neonazis, antisemitas y satánicas”. Del mismo modo, medios de comunicación y grupos de defensa han descrito a O9A como “el movimiento terrorista de extrema derecha más peligroso” que promueve la práctica de sacrificios humanos.
Fundado por el neonazi británico David Myatt, además de defender el revisionismo del Holocausto, el grupo deifica a Hitler y al Tercer Reich como la posibilidad de crear un “imperio satánico” para cumplir el destino del mundo occidental. El O9A cree que la civilización debe ser socavada y destruida desde dentro, por lo que se anima a sus adeptos a cometer crímenes, actos de violencia al azar, agresiones sexuales e incluso “masacrar” a víctimas humanas. En Canadá, el caso de Guilherme Von Neutegem, un brasileño del sur de Brasil que más tarde emigró a Toronto y, según la prensa local, un adepto de O9A, ha causado controversia. Fue detenido en 2020 por el asesinato de Mohamed-Aslim Zafis, voluntario de una mezquita de Toronto.
O9A en Estados Unidos está vinculado a otros grupos neonazis como Atomwaffen Division (AWD) y The Base. El centro internacional de estudios sobre terrorismo The Counter Extremism Project ya había identificado en 2020 un canal brasileño de Telegram de Atomwaffen Division.
La AWD, con sede en Estados Unidos, es una organización neonazi que tiene como objetivo la creación de un gobierno nacionalsocialista a través de una violenta “revolución blanca” y cree en la inevitabilidad de una guerra racial. El canal brasileño publicó propaganda de AWD traducida al portugués y contiene una dirección de reclutamiento en el sitio de correo electrónico encriptado Tutanota. Además, entre abril de 2019 y enero de 2020 estuvo activo otro canal de Telegram compuesto por brasileños interesados en el aceleracionismo neonazi inspirado en Siege. Siege es una antología de ensayos violentos pro nazis y que exaltan a Charles Manson escritos por el neonazi estadounidense James Mason en la década de 1980 y publicados por primera vez en un volumen en 1992. Desde entonces, el libro ha inspirado a generaciones de neonazis que han formado una violenta subcultura en línea llamada “Siege Culture” dedicada a los llamamientos de Mason a la creación de células terroristas independientes para librar la guerra racial. El canal publicó fotos y vídeos cortos de presuntos miembros brasileños asentados en el sur del país, de la llamada División Sonnenkrieg (SKD). La SKD es la sección británica de la División Atomwaffen (AWD). Además, varios usuarios del foro web Fascist Forge, ya cerrado, afirmaron ser brasileños, según reveló The Counter Extremism Project. En Fascist Forge, que difundía propaganda neonazi y fascista, los usuarios hablaban de terrorismo de lobo solitario, asesinatos y violencia sexual organizada.
Todos estos movimientos, según un estudio del centro académico Combating Terrorism Center de la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, Nueva York, están interconectados. Según el análisis del centro, “la columna vertebral de la red neofascista transnacional aceleracionista ‘Skull Mask’ – cuyos nudos incluyen grupos terroristas como Atomwaffen, Base y Feuerkrieg Division – es un grupo de organizaciones que surgieron de Iron March, un foro web neofascista activo entre 2011 y 2017.” La historia de la red Iron March demuestra que los movimientos extremistas violentos pueden desarrollarse a partir de comunidades en línea incluso en ausencia de una base territorial y sin un contacto regular en persona entre sus miembros. En la base de datos de Iron March, Brasil, junto con Alemania, Países Bajos y Suecia, se encontraba entre los más presentes entre los países de habla no inglesa.