Jonathan Santos, de 18 años, fue encontrado muerto en una carretera con un disparo en la cabeza este martes
J.I. MOTA. EL PAÍS.- Las imágenes comenzaron a circular por redes sociales y dejaban ver a un chico joven, con un pantalón de mezclilla y una sudadera corta, en la carretera sobre un charco de sangre. De nuevo un estudiante y otra vez un homosexual es presa de la inseguridad y la violencia en México. Jonathan Santos tenía 18 años y fue encontrado este martes muerto, con un disparo en la cabeza y a dos cuadras de su casa, en la colonia Balcones de la Cantera, en Zapopan (Jalisco). En poco tiempo la indignación y la rabia por este brutal homicidio alertaron a las organizaciones LGTB y a muchos activistas que desde un inicio han hecho el mismo llamado: este es un crimen de odio. Para este jueves hay convocada una manifestación en la escuela del joven para exigir justicia.
Jonathan era un chico alegre y coqueto al que le encantaba renovar su vestuario, según comentan sus amistades. Desde hace unos años se sentía más libre, feliz, y a gusto con su orientación sexual. El joven se convirtió en un notable activista por los derechos de la comunidad LGTB y muy activo en redes sociales. Estudiaba en una preparatoria de la Universidad de Guadalajara, institución que ya se ha manifestado a través de un comunicado de su rector, Ricardo Villanueva: “Le arrebataron la vida, fue víctima de la inseguridad y la delincuencia, exigimos a las autoridades que se esclarezca su asesinato”. El joven, que había trabajado en los últimos meses antes de la pandemia en una tienda de una famosa marca de ropa, ya le había comentado a sus compañeros que tenía claro que quería dedicarse a la moda.
Este lunes Jonathan se fue de fiesta a casa de unos amigos y subió varias fotos a sus redes sociales. Después de varias horas de diversión y copas decidió irse a su casa, ya casi entrada la mañana. Fue en este traslado cuando ocurrieron los hechos que se hicieron virales este martes y provocaron una indignación generalizada. La versión de varios vecinos que han hablado con diferentes asociaciones es que tuvieron que asesinarlo con un tiro de gracia en otro lugar y luego dejar su cuerpo en medio de la carretera después de trasladarlo en un vehículo, ya que no escucharon nada. Por el momento la Fiscalía no descarta ninguna de las dos líneas de investigación: crimen de odio o robo. Aunque dadas las circunstancias y el contexto, el fiscal Gerardo Octavio ha explicado durante una conferencia este miércoles que se “iniciará por el protocolo de feminicidio”. Tanto familiares como amigos cercanos aseguran que Jonathan no tenía problemas con nadie y a pesar de ser tan activo en redes nunca había manifestado haber sufrido amenazas ni acoso.
Una de las muchas asociaciones en favor de los derechos LGTB que se ha pronunciado sobre este caso ha sido Cohesión de Diversidades para la Sustentabilidad (Codise). Luis Guzmán, uno de los colaboradores, habla todavía perplejo por el incidente. “Es un asesinato que nos conmueve mucho porque era un chavo muy joven. Si realmente se confirma que es un crimen de odio habla de la intolerancia y la situación tan compleja que vivimos las personas LGTB en este país”, lamenta. Guzmán argumenta que todavía es pronto para sacar conclusiones sobre este delito, ya que Jalisco es un Estado muy violento y cabe la posibilidad de que sea un robo, aunque afirma que en cualquier caso, no se debe descartar que Jonathan haya sido asesinado por su orientación sexual.
Guzmán destaca la peligrosidad que vive aún una persona LGTB en zonas específicas de México. “Hay Estados en los que no tenemos reconocidos nuestros derechos según el marco jurídico. Todavía hay mucha homofobia y una gran parte de la sociedad mexicana aún tiene una gran aversión contra las personas LGTB”, comenta.
En México no existe un registro oficial sobre este tipo de crímenes, por ello entre varios activistas crearon en 2019 un Observatorio Nacional conformado por organizaciones locales de 10 entidades. Según sus datos, desde 2014 hasta mayo de este año ha habido en el país 209 asesinatos de odio. Los Estados más violentos con las personas LGTB son Veracruz, Chihuahua y Michoacán, entre otros. El último crimen sospechoso de ser delito de odio fue con la médico y activista María Elizabeth Montaño, una mujer transexual que desapareció el pasado 10 de junio en la Ciudad de México y fue encontrada muerta unos días después en la carretera de Cuernavaca. Aunque la primera línea de investigación fue el suicidio porque encontraron una carta despidiéndose de su familia, también hubo una campaña en redes sociales con el hashtag #JusticiaParaElizabet para esclarecer el caso, ya que la versión de las autoridades no convenció a gran parte de las asociaciones por el lugar donde se encontró su cuerpo. También denunciaban diferentes activistas que si fuera cierto el suicidio era importante no invisibilizarlo y no descartar que pudo haber de fondo algún tipo de transfobia o discriminación.