El antisemitismo es un veneno contra el que la izquierda debe luchar

| 16 marzo, 2016

La intolerancia está a la orden del día en Reino Unido, tanto en los círculos progresistas como en la estructura del partido Laborista. Deberían establecerse normas para que cualquier miembro culpable de conductas intolerantes sea expulsado de la formación política

OWEN JONES. THE GUARDIAN. ELDIARIO.ES.- El antisemitismo es una amenaza. No es solo el rechazo dominante de los primitivos neonazis; es una arcaica enfermedad que se propaga también por los círculos progresistas. Habrá mucha gente que lea esto y piense, «¿pero qué pasa con Israel?». Lo sé porque cada vez que tuiteo sobre antisemitismo, alguien me contesta con unos argumentos que siguen esa línea. Siento sonar demasiado fariseo, pero si fuiste tú, entonces eres parte del problema.

Como fiel defensor de los derechos de Palestina, creo que es posible hablar de los prejuicios y el odio hacia la comunidad judía sin necesidad de recurrir a los actos del gobierno israelí. En el mejor de los casos, es una demonización de la víctima (parece que la gente está obligada a despreciar al pueblo judío por las decisiones de un país extranjero); pero, de todos modos, es perverso.

El tema del antisemitismo viene a colación de las revelaciones sobre una representante del partido Laborista. Allá por 2014, Vicky Kirby era candidata parlamentaria por los laboristas en el bastión conservador de Woking. Tiempo después, fue cesada del partido cuando salieron a la luz una serie de tuits en los que escribió que los judíos tenían «narices grandes» e identificaba a Aldolf Hitler como un «dios sionista». Ese mismo año, los laboristas levantaron su suspensión y le dieron un toque de atención. Kirby ha ocupado desde entonces la vicepresidencia del partido en su ciudad.

Para los que sientan la necesidad de culpar a Jeremy Corbyn, conviene indicar que la suspensión y su posterior anulación tuvieron lugar durante el antiguo mandato. Si la delegada publicó tuits antisemitistas, necesitamos una explicación de por qué no fue expulsada del partido después de las investigaciones. No corresponde al líder de la formación decidir quién permanece en sus filas, por supuesto, y ahora el comité nacional del partido Laborista ha vuelto a suspender a Kirby. Pero si es culpable, esperemos que en esta ocasión no sea readmitida como en 2014.

Como fiel defensor de los derechos de Palestina, creo que es posible hablar de los prejuicios y el odio hacia la comunidad judía sin necesidad de recurrir a los actos del gobierno israelí
Sin embargo hay algunas cosas que los laboristas, como partido, deberían hacer. Lo primero es cambiar las normas para que ninguna persona que sea culpable de antisemitismo -o cualquier otra forma de intolerancia- continúe perteneciendo a la formación. La readmisión de esos miembros solo debería ocurrir cuando puedan demostrar que han recapacitado.

Lo segundo es que establezcan dos comisiones: una para combatir el antisemitismo y otra la islamofobia, dirigidas respectivamente por un judío y un musulmán. Ambas formas de intolerancia están a la orden del día en Reino Unido, y las dos existen dentro del marco progresista y en la estructura del partido Laborista. Las comisiones podrían publicar una lista de recomendaciones, tanto para combatir el fanatismo en el partido como en el conjunto de la sociedad.

La mentalidad progresista tiene el deber de tomarse en serio el antisemitismo. No menospreciaríamos cualquier otra forma de intolerancia ni desviaríamos la atención sobre ella. Resulta compatible oponerse al antisemitismo por un lado, y por el otro rechazar las políticas del gobierno de Israel y apoyar el derecho a la autodeterminación de Palestina. Ambos asuntos deben ser tratados de manera independiente: el debate sobre el antisemitismo no puede tomarse como punto de partida para hablar de Israel.

Es inaceptable que los judíos se sientan incómodos en el partido Laborista, o en todo Reino Unido. La izquierda debería pronunciarse aún más alto sobre el antisemitismo como un acto de solidaridad con los judíos británicos. Después de todo, o el socialismo nace de la emancipación de la humanidad de todas las formas de opresión, o no existe.

HISTÓRICO

Enlaces internacionales