EFE. LA VANGUARDIA.- El ala más radical de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la denominada «Der Flügel» -«El ala»-, acató la orden de disolución dada por la cúpula del partido tras quedar bajo el objetivo del espionaje alemán por su extremismo.
Esta corriente cercana al neonazismo ha aceptado «con dolor del corazón» la resolución dictada ayer por la dirección de la AfD en que se le instaba a desmantelarse, según un comunicado emitido este sábado por el grupo.
«El Ala», cuyo fundador es el líder de la AfD en el «Land» de Turingia, Björn Höcke, no tiene una estructura propia, pero es una corriente interna poderosa dentro de la AfD, la tercera fuerza del Bundestag (Parlamento federal).
Bajo el liderazgo de Höcke y sus correligionarios ha logrado resultados récord y la posición de segunda fuerza en algunos estados del este del país.
La resolución adoptada bajo las indicaciones del co-presidente del partido, Jörg Meuthen, un moderado en sus estructuras, le instaba a disolverse antes del 30 de abril. «El Ala» respondió a este apremio cancelando su reunión prevista para este sábado, a lo que siguió a última hora del sábado la noticia de su disolución.
BAJO OBSERVACIÓN TRAS LA TORMENTA EN TURINGIA
La elección el pasado marzo en Turingia de un primer ministro liberal, apoyado conjuntamente por los conservadores de la canciller Angela Merkel y la ultraderecha, desató una tormenta política de escala nacional por suponer la ruptura del cordón sanitario sobre los ultras que, encima, estaban comandados por su corriente neonazi.
La AfD está descartada tanto a escala nacional como regional para cualquier cooperación política por el resto del espectro parlamentario. La propia Merkel calificó de imperdonable la votación de Turingia e instó a revertir su resultado.
Esa elección quedó anulada poco después, en medio de una fuerte crisis en el bloque conservador de Merkel. Acabó siendo reelegido como primer ministro regional el izquierdista Bodo Ramelow, quien ya había liderado un tripartito con socialdemócratas y verdes.
Al terremoto político de Turingia siguió una notificación del espionaje de Interior -la llamada Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV)- en que se declaraba oficialmente a «El Ala» objeto de vigilancia especial.
Dicho estamento considera probadas las sospechas de que se trata de una organización con aspiraciones extremistas y que persigue fines anticonstitucionales.
«Es un hecho que se constataron violaciones contra elementos fundamentales del orden liberal y democrático, la dignidad del ser humano, la democracia y los principios de un Estado de derecho», precisó la BfV.
Con ello se oficializó la observación de esa corriente, a la que había catalogado ya de extremista en el informe anual del espionaje de Interior, en 2019, así como a las juventudes del partido, la Junge Alternative (Alternativa Joven).
La declaración de esa corriente como movimiento bajo vigilancia implica que puede ser observado con todo el instrumental del que disponen los servicios secretos. Desde la cúpula de la AfD se temía que ello comprometiera a todo el partido.
La BfV estima que un 20 % de la militancia de la AfD sigue o está vinculada a esta Ala o corriente más cercana al neonazismo.