La Sexta.- En 2020 solo el 5% de los solicitantes de asilo consiguieron protección internacional en España. Se trata de un proceso largo. Primero, el extranjero deberá conseguir un resguardo de solicitante que podrá utilizar durante nueve meses; un poco antes, a los seis, se le permitirá trabajar. Sin embargo, si no hay resolución, tendrá que volver al país de origen.
Con la pandemia, el numero de asilados en España se ha hundido. Nuestro país ha protegido a 12.000 venezolanos menos, unos 2.000 colombianos menos y 1.300 hondureños menos que en 2019.
Una de las razones por las que algunas personas son solicitantes de asilo reside en su orientación o condición sexual. Un asunto muy peliagudo en otros países y por el que la denegación de asilo comporta enfrentarse a la muerte a la vuelta.
Así lo demuestra la historia de Greis Guzmán, una mujer de 36 años peruana. Durante años sufrió acoso por un grupo organizado que perseguía al colectivo LGTBI. «Me golpeaban, me daban palizas… una vez me rompieron la nariz. Me amenazaban de muerte«, ha explicado.
Adriana Guayana también fue víctima de agresiones y acoso en Colombia. De hecho, llegaron a encañonarla para que se fuese de su país. «Sacó el arma y me la puso en la cabeza delante de mi madre, mi hijo, mi sobrina…».
Alexandra Mancia también sufrió vejaciones día tras día hasta que huyó de El Salvador: «Un día empezaron a golpearme, a insultarme, a decirme que esa sería mi última noche mientras me quitaban la ropa», ha explicado a las cámaras de laSexta.
Tres vidas diferentes pero con un factor común: huyeron de sus países porque eligieron seguir vivas. Lo hicieron completamente solas, con todo lo que eso supone.
Tal y como ha expresado Niurka Gibaa, miembro de la Comisión Ejecutiva de FELGTB, hay 69 países que todavía condenan la homosexualidad. Por eso, Ronny de la Cruz, miembro de la Junta directiva del Colectivo LGTB+ de Madrid pide a las administraciones «que se comprometan de verdad con quienes solicitan protección internacional por orientación sexual o por identidad de género».
Porque estar en España, aseguran, no es un capricho. «Yo quiero regresar. Allí está mi familia, está mi hijo, está todo mi mundo», ha expresado Adriana. Sin embargo, el asilo en España es su única forma de seguir vivas.