ABC/Aitor Sánchez Moya.- La figura de Fernández Perdices está relacionada con la creación de Bases Autónomas, un grupúsculo muy violento que desató una oleada de agresiones de odio sin precedentes.
El nombre de Pedro Fernando Fernández Perdices, fundador de la tienda recién clausurada DSO, no es uno más dentro del intrincado movimiento neonazi en Madrid. Su figura está directamente relacionada con la historia de Bases Autónomas (BB.AA.), un grupúsculo surgido en los años ochenta como evolución de las Juventudes Nacional Revolucionarias (JNR), la que fuera rama juvenil del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade).
A él, entonces estudiante de la Universidad Autónoma, se le atribuye junto a Carlos Ruiz de Castro e Ignacio Alonso García la creación de esta organización, muy radicalizada y cuya actividad provocó una oleada de sucesos relacionados con los ‘skinheads’ nunca vista en la ciudad: palizas, pintadas, propaganda ultra… en definitiva, un clima de tensión y odio que terminaría por estallar el 13 de noviembre de 1992 tras el crimen de la dominicana Lucrecia Perez
El caso provocó una reacción social sin precedentes por la frialdad con la que el guardia civil Luis Merino Pérez, de 25 años, disparó a su víctima durante una cacería por la antigua discoteca Four Roses de Aravaca (donde pernoctaban ciudadanos migrantes), junto a tres menores de 16 años. Los cuatro pertenecían a bandas de ‘cabezas rapadas’ y el único móvil del asesinato fue su odio a las personas de raza negra.
Poco más de un año después, en enero de 1995, Carlos Ruiz de Castro se suicidaba en el despacho de su amigo Fernández Perdices de un disparo en la cabeza. Aquel macabro suceso apartó al abogado de la primera línea, aunque ello no repercutiría en sus ansias de negocio. En un informe Raxen, del Movimiento contra la Intolerancia, se cita a Perdices como el titular de ‘Three Stroke’ en Europa, una marca utilizada por miembros de la extrema derecha (según recoge una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid del año 2009).
Neonazis como el militar Josué Estébanez, el mismo que la mañana del 11 de noviembre de 2007 en la que asesinó al menor antifascista Carlos Palomino portaba una sudadera con un anagrama de la marca. El joven, de 16 años, acudía junto a decenas de personas a boicotear una manifestación en Usera del partido ultraderechista Democracia Nacional, cuando se toparon en el metro de Legazpi con Josué. Palomino reconoció la prenda del militar y le señaló el dibujo, sin saber que la reacción de este sería asestarle una cuchillada a la altura del corazón.