EE.UU. recurre a la ‘poesía alternativa’ para cerrar la puerta a los inmigrantes

, | 15 agosto, 2019

La agencia de Inmigración reinterpreta el poema de la Estatua de la Libertad

BEATRIZ NAVARRO. LA VANGUARDIA.– De la mano de los creadores de los “hechos alternativos” llega la poesía alternativa.

“¿Cree que los versos de Emma Lazarus inscritos en la Estatua de la Libertad –‘dadme a vuestros cansados / a vuestros pobres’– son parte de los valores americanos?”, preguntaron en la radio pública estadounidense NPR a un alto cargo de la Administración Trump a raíz de la aprobación de una nueva norma que hará más difícil establecerse en el país a los inmigrantes legales pero pobres. “Claro que lo son. Dadme a vuestros exhaustos y a vuestros pobres, a los que puedan sostenerse por sí mismos sobre sus dos pies y no se conviertan en una carga pública”, respondió sin pestañear Ken Cuccinelli, el director en funciones de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de EE.UU. (Uscis, por sus siglas en inglés), que aprovechó para relacionar los versos con la aprobación de la primera ley que definía qué extranjeros se podía rechazar por ser una “carga pública”.

En realidad, Lazarus escribió algo muy diferente y en ningún momento se dirigió sólo a personas capaces de sostenerse por sí mismas. Al contrario. “Dadme a vuestros cansados / a vuestros pobres / a vuestras masas hacinadas que anhelan respirar libertad” dice un pasaje del soneto El nuevo coloso, una oda a los inmigrantes en el que la famosa dama de cobre pide que le manden “a los desdichados rechazados de tu orilla rebosante / envía a los desamparados perdidos en la tempestad, a mí / ¡levanto mi lámpara junto a la puerta dorada!”.

Fue el magnate de la prensa Joseph Pulitzer quien encargó a la poetisa y activista social Emma Lazarus, de origen judío, la redacción del poema en 1883. El objetivo, recaudar fondos para financiar el pedestal sobre el que colocar la emblemática escultura, que había sido un regalo de Francia a EE.UU. concebido como muestra de la amistad entre los dos países y para celebrar el final de la guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud, como recuerdan las cadenas rotas a sus pies. Lady Liberty rápidamente se transformó en un símbolo de los valores americanos. En parte, por su instalación frente al puerto de Nueva York, por donde entraban millones de inmigrantes; en parte, por el soneto de Lazarus, que lo escribió conmovida por las penosas condiciones en que vivían los inmigrantes judíos en Nueva York. En 1903 se colocó una placa de bronce con el texto a los pies de la estatua.

Ante el revuelo suscitado, Cuccinelli fue preguntado de nuevo sobre el tema en la CNN, ocasión que aprovechó para llevar aún más lejos su interpretación del soneto. “Estaba contestando una pregunta, no respondiendo un poema. No cambies los hechos”, reprochó a la entrevistadora, Erin Burnett. “Por supuesto que el poema se refería entonces a la gente que venía de Europa”, reivindicó este, insistiendo en la voluntad del Gobierno de aceptar sólo a personas con medios para sostenerse por sí mismas.

“Al fin esta Administración ha admitido lo que hace tiempo que sabemos: creen que la Estatua de la Libertad sólo se aplica a los blancos”, replicó el excongresista de Texas y candidato presidencial Beto O’Rourke en medio del nutrido coro de voces que ha denunciado el sesgo racista de la nueva ley migratoria de la Administración Trump.

La norma permitirá denegar los visados y las green cards (las tarjetas que dan derecho a la residencia legal en EE.UU.) a quienes en el pasado hayan recibido algún tipo de ayuda social –como cupones de comida o el seguro médico público, aunque tengan derecho a pedirlo– o si el Gobierno cree que en el futuro no serán capaces de mantenerse. Numerosas figuras públicas han destacado que si la ley hubiera estado en vigor décadas atrás, sus antecesores no podrían haber entrado en el país y ellos no serían hoy parte de él. Las leyes de hace un siglo sólo rechazaron al 1% de los inmigrantes que arribaron y se aplicaban por la existencia de enfermedades o discapacidades previas a llegar al país, aunque se detectaran después, han recordado varios historiadores.

La nueva norma sería la fría traducción administrativa del rechazo expresado por Trump a recibir inmigrantes de países que llamó “agujeros de mierda”, con gente de piel oscura. En un duro editorial, The Wall Street Journal critica que la ley choca con las proclamas de Trump a favor de la inmigración legal y aspira, por el contrario, a reducirla en cualquier de sus formas. El diario conservador apoya que haya controles para evitar un rechazo a la inmigración como el visto en Europa, dice, pero recuerda que no hay pruebas de que los inmigrantes dependan especialmente de las ayudas o abusen del sistema mientras que, por el contrario, sus tasas de empleo son más altas que las de los nativos y desempeñan trabajos necesarios. “La ley parece un intento más del asesor de la Casa Blanca Stephen Miller de hacer de América un país sin más inmigrantes”.

Ahora ha sido un poema. El año pasado la Administración Trump ya reescribió la misión de su agencia migratoria para eliminar el pasaje que definía a EE.UU. como “una nación de inmigrantes”. Poesía alternativa, hechos alternativos.

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