EFE.- Ecuador revocará el viernes una decisión de hace más de 75 años por la que su Ministerio de Exteriores puso fin a la gestión del entonces cónsul en Estocolmo, Antonio Muñoz Borrero, por ayudar a salvar a cientos de judíos del Holocausto.
La decisión, adoptada por el actual canciller, José Valencia, busca «simbólicamente» anular una injusticia y es «una reivindicación histórica» de los actos del diplomático, que concedió pasaportes a judíos europeos para salvarlos del nazismo.
Valencia aseguró hoy en declaraciones a Efe que se «emitirá un acuerdo ministerial derogando aquel por el que lo despidieron de su cargo».
Y consideró que el acto, «es una forma de decir que el Ecuador deja sin efecto esta decisión en contra de una persona que puso de sí para salvar vidas».
Nacido en 1891 en la ciudad de Cuenca (sur), Muñoz Borrero fue reconocido en 2011 como «Justo entre las Naciones» por la institución israelí Yad Vashem (Museo del Holocausto) y es hasta ahora el único ecuatoriano que ha recibido ese título, concedido a quienes ayudaron a salvar vidas judías durante el Holocausto.
En total, la emisión de pasaportes gracias a su gestión consular ayudaron a que unos 700 judíos escaparan de la muerte.
La anulación de su cese, dijo Valencia, es un «mensaje» de que «Ecuador no debe olvidar a quienes han hecho cosas buenas, humanistas».
En el acto programado el viernes en la sede de la Cancillería, en el que también se plantará un algarrobo en memoria del diplomático, participarán a distancia dos familiares del cónsul que viven en Suecia.
Valencia apuntó que el reconocimiento coincide con el 80 aniversario de la Noche de los Cristales Rotos, que dio inicio a la persecución sistemática de judíos durante el régimen nazi, que acabó en un asesinato mecanizado de seis millones en los campos de concentración y exterminio.
«Fue el punto de partida para una de las realidades más crueles de la historia contemporánea y mundial. El Holocausto de millones de judíos a manos de los nazis sigue conmoviendo a la conciencia universal», declaró.
Y consideró que fueron precisamente ese exterminio y otras matanzas durante la Segunda Guerra Mundial las que impulsaron los acuerdos y tratados en materia de Derechos Humanos.
«La carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, todo su desarrollo parte de una respuesta a las barbaridades que se cometieron durante la Segunda Guerra Mundial, y el Holocausto judío entre ellas», concluyó.