La Vanguardia.- La consistencia en la aplicación de las reglas es fundamental en cualquier deporte, especialmente en la Fórmula 1, donde cada segundo cuenta. Desafortunadamente, Fernando Alonso considera que la FIA, el máximo organismo del automovilismo deportivo, que no lo está siendo.
El piloto asturiano de Aston Martin acabó muy enfadado y frustrado tras el sprint del Gran Premio de Miami – que acabó ganando Lando Norris – después de verse involucrado en un un incidente en la primera curva. Este toque perjudicó a Lance Stroll, su compañero de equipo, y Norris.
Alonso, que pudo continuar en la carrera desde la última posición, señaló a Lewis Hamilton como el causante del choque, aunque el británico no fue sancionado por los comisarios tal y como había vaticinado: “No le pasará nada porque no es español”. Así, Alonso aseguró que el lugar de procedencia de los pilotos puede tener algún tipo de peso: “Siento que la nacionalidad importa”. De hecho, Carlos Sainz sí fue sancionado con cinco segundos por una colisión con Oscar Piastri.
La pertinente revisión de la acción de Hamilton concluyó que no se podía atribuir la culpa mayormente a ningún piloto, así que el británico se libró de cualquier sanción. En cambio, el asturiano tuvo claro qué hubiera ocurrido si el infractor hubiera sido él: “Si hago eso, seguro que me penalizan”.
Así, ante un panorama que le genera dudas y considera injusto, Alonso ha insistido en que piensa tratar estas cuestiones directamente con Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, para asegurarse de que “no hay nada malo con mi nacionalidad ni nada que pueda influir en ninguna decisión”. Su preocupación no es sólo personal, sino también proteger los intereses de los futuros pilotos españoles en este deporte: “Ellos necesitan estar protegidos”.
Estos comentarios llegan después de que Alonso recibiera dos duras sanciones en carreras anteriores, que consideró desproporcionadas e injustas. En el Gran Premio de Australia, el español fue sancionado con 20 segundos y tres puntos de la licencia tras un incidente con George Russell.
Asimismo, en el Gran Premio de China, recibió una sanción de diez segundos y otros tres puntos en su licencia, a pesar de que Aston Martin presentó nuevas pruebas que, según ellos, justificaban una revisión de la sanción que finalmente no fue aceptada.
Este tipo de inconsistencias por parte de la FIA, de las que también ha salido salpicado Carlos Sainz, es lo que impulsa a Alonso a buscar claridad y equidad en el tratamiento de las infracciones, asegurándose que las decisiones se tomen con justicia y sin aparentes favoritismos.