COPE.- El árbitro del Corinthians-Inter tuvo que detener el encuentro unos minutos por varios comentarios racistas. Rafael Ramos fue detenido posteriormente por injurias de ese tipo.
El lateral portugués Rafael Ramos fue arrestado en la noche del sábado -y liberado luego del pago de una fianza- tras haber sido acusado de injuria racial por un rival durante el partido en que su club, Corinthians, actual líder de la Liga en Brasil, empató 2-2 con el Internacional en Porto Alegre.
Ramos fue detenido por la Policía en la comisaría especializada en el estadio Beira-Río de Porto Alegre luego de que el volante Edenilson, jugador del Internacional, lo acusara de haberle proferido un insulto con connotación racista durante una discusión que tuvieron en la cancha en el minuto 30 del segundo tiempo.
Según Edenilson, que en las redes sociales justificó su decisión, explicó que sólo acudió a la policía porque esperó una disculpa que nunca recibió y dijo no tener dudas de lo que había escuchado, Ramos le dijo «foda-se macaco» (jódete mono) durante la discusión. El lateral derecho alegó en su defensa que el volante con seguridad se confundió por su acento portugués de Portugal, un poco diferente al portugués de Brasil, y que lo que le dijo fue «foda-se, caralho» (jódete carajo), un insulto usual en su país pero sin connotación racista.
«Estoy con mi conciencia limpia. Todo no pasó de un malentendido. Él entendió mal. Conversé con él, le expliqué e incluso nos dimos la mano», afirmó Ramos, quien dio a entender que Edenilson optó por hacer la denuncia ante el «temor de pasar por mentiroso». El Corinthians, que salió en defensa de su jugador y atribuyó el incidente a un malentendido, explicó en un comunicado que el arresto se produjo debido a que la legislación brasileña lo prevé en este tipo de casos y que el pago de la fianza -asumida por el club- no significa reconocimiento de culpa.
El club de Sao Paulo reafirmó en su nota que, «coherente con sus 111 años de historia, repudia y no tolera el racismo»; que Ramos dio una versión diferente a la de Edenilson y que incluso acudió al vestuario del Internacional para intentar aclarar el malentendido y negar cualquier tipo de injuria racial. «Pero, en consecuencia a la denuncia realizada por el jugador del Internacional, la ley obliga a que el caso sea tratado como flagrante seguido por detención. El pago de fianza no implica admisión de culpa y permite al jugador defenderse en libertad durante la investigación», explicó el líder de la Liga brasileña.
El Internacional, también en comunicado, lamentó un nuevo caso de racismo en el fútbol. «Es inadmisible que aún ocurran casos de este tipo en 2022. No hay espacio para el racismo en nuestra sociedad. El Club del Pueblo reitera que repudia cualquier acto de prejuicio y que apoya a su atleta», afirma la nota.
El comisario de la Policía Civil de Porto Alegre Carlo Vitarelli, responsable por la detención y por la investigación, explicó que el jugador fue detenido dentro del estadio y liberado tras el pago de la fianza de 10.000 reales (unos 2.000 dólares) lo que le permite defenderse en libertad durante el proceso. Tras el supuesto insulto y luego de que el balón saliera de la cancha, Edenilson se dirigió al árbitro del partido, Braulio da Silva Machado, para relatar lo ocurrido.
El partido fue interrumpido durante cinco minutos mientras los jugadores discutían entre sí y daban sus diferentes versiones al árbitro, que citó la denuncia en el informe oficial del compromiso. El incidente se produjo pocos días después de que la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) anunciara cambios en su reglamento para endurecer las sanciones y multas previstas en casos de racismo luego de que se registraran episodios del tipo en algunos partidos de la Copa Libertadores y de la Sudamericana, en su mayoría contra hinchas brasileños.