El pasado sábado la Policía Nacional intervino en el recinto tras varios incidentes y los agentes fueron recibido por los menas con amenazas de muerte y gestos de que les disparaban. El coordinador del centro y un policía nacional resultaron heridos en los altercados.
LUIS F. DURÁN. EL MUNDO.- La Policía Nacional detuvo el pasado fin de semana a dos menas magrebíes acogidos en el centro de primera acogida de la Casa de Campo tras agredir a educadores, provocar varios altercados, robar y amenazar de muerte a los policías nacionales que acudieron al lugar. Los agentes fueron recibidos al grito de Kalashnikov (fusil de asalto empleado en algunos atentados yidahistas) mientras los menas les hacían gestos de que iban a cortarles el cuello y dispararles.
Uno de los menas detenidos, marroquí de 17 años, provocó el destrozo del sistema de trasmisiones del vehículo policial cuando era trasladado por los agentes a la comisaría de Moncloa. Además, en el calabozo se autolesionó dándose golpes. En la intervención un policía nacional y el coordinador del centro resultaron heridos leves.
A uno de los menores apresados se le imputa un delito de lesiones y al otro atentado contra agente de autoridad. El coordinador del centro resultó herido de mayor consideración durante los altercados por lo que una ambulancia del Samur se desplazó al recinto para atenderle.
Los incidentes comenzaron el pasado sábado por la tarde un menor trató de cometer un robo en el centro de acogida de menores extranjeros situado en el Paseo del Robledal de la Casa de Campo, en el antiguo albergue Richard Schirrman. Uno de los cuidadores consiguió retener al joven que cometió la fechoría. En ese momento, el mena cogió un bote y se lo estampó en la cabeza al trabajador que resultó herido. El agresor consiguió escapar tras golpear a varios de los vigilantes del centro. El incidente hizo saltar las alarmas y en ese momento comenzaron a pegarse otros dos grupos de menas. Los responsables del recinto llamaron a la Policía Nacional debido al descontrol de la situación.
Según consta en diligencias, los menores recibieron a los policías con insultos graves. Uno de los cabecillas arengó al resto de menas contra los agentes gritando: «Kalashnikov, vamos a ir a por todos los policías«. Al mismo tiempo, hizo gestos con las manos de disparar a los funcionarios actuantes. Debido a las amenazas los policías se dirigieron al líder para identificarlo. En ese momento, el menor lanzó un puñetazo al policía que pudo esquivar el golpe. Al menos cuatro agentes fueron necesarios para reducir al adolescente magrebí y uno de ellos acabó con lesiones.
Este cabecilla de los menas fue el que causó los daños al coche patrulla durante su traslado a comisaría. En el camino no dejó de insultar a los policías y al llegar al calabozo se golpeó varias veces por lo que fue necesario pedir auxilio al Samur para asistirle.
Al mismo tiempo, los agentes fueron requeridos de nuevo por los vigilantes del centro debido a que había regresado al albergue el mena que agredió a uno de los cuidadores tras cometer un robo. Cuando volvió la Policía el adolescente se subió al tejado del centro para evitar ser detenido. Al subir los agentes trató de escapar. Finalmente, fue cercado en el techo por los agentes al no atreverse a saltar . Fue detenido y trasladado también al Grume por un delito de lesiones y robo.
El SUP (Sindicato Unificado de Policía) lamentó ayer de nuevo estos hechos y aseguró que la situación en el centro de menores es cada vez más grave. «Los agentes están acudiendo cada día dos o tres veces por las revueltas, ya que los vigilantes no se hacen con los menas», señaló el SUP. Un portavoz de JUPOL señaló que los agentes están cansados de acudir todos los días al centro y que sean objetos de amenazas de muerte por parte de los menores.
Desde que el año pasado el centro de acogida de menores extranjeros abrió en la Casa de Campo se han multiplicado por 600 el número de delitos violentos en la zona. Los vecinos llevan meses reclamando el cierre del recinto por la inseguridad que genera y se ha incrementado la vigilancia en la zona por parte de la Policía Municipal y la Policía Municipal.
El centro de acogida de menores extranjeros no acompañados lo gestiona la Fundación Diagrama y tiene una capacidad de unos 65 adolescentes. Los vecinos quieren recuperar el albergue juvenil y denuncian que es irregular la instalación de este centro en la Casa de Campo por ser este espacio protegido Bien de Interés Cultural (BIC).