La policía halla material pirotécnico y explosivo de procedencia checa, durante la redada contra el grupo Freital
Detalle de un grafiti que reza «ningún asilo» en una caja de empalmes en la localidad de Freital
ENRIQUE MÜLLER. EL PAÍS.- Un comando especial del grupo GSG-9, una unidad de élite de la policía federal alemana, protagonizó en la madrugada del martes, una espectacular redada en la localidad sajona de Freital en la que detuvo a cinco miembros de un grupo de ultraderecha que planeaban atentados en contra de refugiados. Los detenidos, cuyas edades fluctúan entre los 18 y 39 años y una mujer de 27, ya habían participado en los últimos meses en, al menos, tres ataques contra albergues en el Estado federado de Sajonia.
En la redada participaron más de 200 agentes de la policía criminal federal y del Estado de Sajonia y los agentes lograron incautarse de material pirotécnico y explosivo de procedencia checa. Según la Fiscalía Federal, que tiene su sede en Karlsruhe, los cinco detenidos habían formado un grupo de extrema derecha al que bautizaron “Freital” y existía la sospecha de que estaban preparando nuevos atentados.
“Las fuerzas de seguridad han tenido éxito en asestar un golpe decisivo contra una estructura terrorista regional de ultraderecha”, señaló el ministro del Interior, Thomas de Maizière, al comentar el resultado de la redada que se inició a las cuatro de la madrugada. Con la intervención se han impedido nuevos ataques contra albergues de refugiados y rivales políticos. La acción también demuestra que el Estado actúa «de forma consecuente y oportuna contra delincuentes y estructuras de ultraderecha”, añadió el ministro.
La Fiscalía Federal señaló que las cinco personas han sido acusadas formalmente por intentos de asesinato, de haber cometido graves lesiones corporales y de ser militantes de la organización terrorista de ultraderecha “Grupo Freital”, que fue creada en julio de 2015.
Desde entonces el grupo ha participado, al menos, en tres ataques contra albergues, dos de ellos realizados en Freital y el tercero en Dresde. En los tres ataques, los terroristas utilizaron material pirotécnico del alto poder de procedencia checa y cuya venta está prohibida en Alemania a causa de su poder destructivo y que pueden causar daños como lo que produce una granada de mano.
De acuerdo con informaciones periodísticas, el grupo tenía contacto con otras organizaciones y se comunicaba mediante mensajes encriptados.
Simpatizantes de Pegida
La redada realizada el martes llevó una cierta tranquilidad a los 2.200 refugiados que viven en la pequeña ciudad y que en el pasado había sido escenario de graves disturbios protagonizadas por simpatizantes de Pegida y también por activistas de ultraderecha. El pueblo de 38.000 habitantes se hizo famosa en el verano pasado cuando una turba intentó impedir la llegada de unos 400 refugiados a un hotel convertido en albergue.
La furia de los habitantes del pueblo también se dirigió contra el alcalde, Uwe Rumberg, quien recibió varias amenazas de muerte que fueron pintadas en las paredes y en algunos puentes. “Me alegro de que la justicia haya iniciado las investigaciones para detectar a los autores de los atentados y las amenazas”, señaló el alcalde cuando se enteró de que la Fiscalía Federal había decidido actuar contra el Grupo Freital, el pasado 12 de abril.
La localidad también tiene un habitante famoso y que hoy tuvo que comparecer ante un juez para responder a una serie de acusaciones que loe tachan como un peligroso extremista de derecha y enemigo de los refugiados. En la ciudad vive Lutz Bachmann, el fundador del movimiento el movimiento Patriotas Europeos contra la islamización de Occidente (PEGIDA en sus siglas en alemán), que desde hace dos años, estremece a la nación con sus manifestaciones xenófobas en Dresde.
