Un juez de la Audiencia Nacional ordena el ingreso en prisión preventiva del hombre de 38 años y nacionalidad marroquí
EFE. EL PAÍS.- Un juez de la Audiencia Nacional ha ordenado el ingreso en prisión preventiva de un hombre de 38 años y nacionalidad marroquí detenido en Reus (Tarragona) que presuntamente consumía de forma compulsiva material online de tipo yihadista y que había hecho búsquedas sobre personas que criticaban el islam. La Policía ha informado en un comunicado de la detención de este «cibersoldado», practicada «ante el temor de que estuviera determinando un posible objetivo para un atentado terrorista». La misma fuente ha dado cuenta de su ingreso en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que ha supervisado la operación -en la que ha participado Europol- en coordinación con la Fiscalía de ese tribunal.
La Policía considera que el detenido asumió el ideario de la organización terrorista y difundió su ideología radical como herramienta de enaltecimiento y de adoctrinamiento terrorista, de modo que con su detención «se anula una amenaza grave para la Seguridad Nacional». Al detenido se le acusa de delitos de adoctrinamiento y enaltecimiento terrorista y se cree que tenía intención de adoctrinar posteriormente a terceros y ejecutar actos de enaltecimiento y apología del yihadismo, tanto en el plano real como en el virtual.
Era «ferviente» seguidor de varios sheiks (sabios del islam) radicales y consumía «compulsivamente» material yihadista, con consultas frecuentes referentes a los muyahidines y a la yihad. La Policía detectó que esta persona estaba muy influenciada por textos que defienden la muerte de toda persona crítica con el islam, lo que, sumado a sus búsquedas de información sobre personas que en España y el extranjero han afeado públicamente el islam y al califato, hizo temer que se estuviera buscando un objetivo.
Además, tenía contacto con otros detenidos en anteriores operaciones contra el terrorismo yihadista, todos por planes para atentar. La Policía cita el ejemplo de un detenido en Colombia, gracias a información aportada por la propia Policía Nacional, que tenía previsto atentar con explosivos en Bogotá contra un bar frecuentado por personal de la embajada de Estados Unidos. Su labor de adoctrinamiento la realizó en diferentes perfiles en redes sociales con más de 25.000 seguidores, lo que se considera «un gran altavoz de la doctrina yihadista y de los postulados de Dáesh».
También se instruyó en medidas de seguridad para no ser detectado por las fuerzas de seguridad, de modo que llevaba un «riguroso control» de los grupos de redes sociales que manejaba y supervisaba la actividad de los distintos administradores. Siempre, según las fuentes, con un «perfil bajo» para no llamar la atención policial. Entre otras medidas de seguridad, se instruyó en la taqqiya, el principio que justifica «el disimulo legítimo permitido temporalmente en el islam en determinadas ocasiones de necesidad» para no ser detectado por los servicios policiales. Aún así, pasó por determinadas fases en los que el tono de sus mensajes se fue elevando «hasta justificar públicamente la yihad y las acciones terroristas de Dáesh para promoverla entre sus seguidores».