HÉCTOR MARÍN. EL MUNDO.- La tensión avanzaba por el centro de Sitges a media mañana. A las banderas arcoíris, símbolo de la comunidad LGTB que prolifera en la ciudad, se sumaron enseñas menos habituales en estos pagos como la antifascista y la verde del partido de derecha extrema Vox. Como se esperaba desde el anuncio del desembarco del partido de Santiago Abascal en Barcelona, la jornada iba a ser agitada en un municipio costero que en invierno destaca por su tranquilidad y su libertad. En una calle céntrica unos cien activistas y vecinos trataban de impedir el despliegue de una parada con la que Vox pretendía propagar su controvertida ideología. Los concentrados superaban holgadamente en número a los miembros del partido populista. La proporción era aproximadamente de diez manifestantes por cada militante del polémico partido que, a cambio de apoyar al gobierno andaluz, exigía la expulsión de España de 52.000 inmigrantes y la derogación de la ley contra la violencia machista.
«Fuera fascistas de nuestros barrios», empezó a chillar la multitud a unos pocos partidarios de Vox que, parapetados bajo una desconchada carpa de color verde totalmente rodeada, se defendieron de los gritos insultantes a base de actitud desafiante, descalificaciones y gestos provocadores que incluyeron más de una peineta. En medio de los miembros de Vox y de los concentrados, dos docenas de agentes de los Mossos d’Esquadra.PUBLICIDAD
Algunos manifestantes habían sido convocados por la CUP y otras organizaciones de la izquierda independentista para impedir el despliegue del stand de Vox. Otros pasaban por allí. Todos cargaban contra el Ayuntamiento de Sitges, liderado por el PDeCAT, por permitir que un partido «antidemocrático» hubiera obtenido los permisos necesarios para montar el acto en la calle. Tras el encontronazo, el partido de derecha radical denunció «agresiones» y una actitud «antidemocrática» por parte del grupo que no le permitió difundir sus discutidas ideas. La carpa fue retirada a la hora prevista sin mayores incidentes. La CUP criticó la actuación del Ayuntamiento por «permitir el fascismo de Vox, protegido por los Mossos d’Esquadra».
Boicot de 400 personas en Barcelona
El choque de Sitges se produjo al principio de una jornada de diferentes movilizaciones de Vox en Barcelona. La del barrio de Sarrià fue reventada por 400 personas al grito de «Barcelona será la tumba del fascismo, no pasarán«. La presencia de los Mossos no impidió a los manifestantes boicotear un acto que ya había tenido que ser trasladado -por la presión de la organización independentista Arran- y en el que se lanzaron huevos y otros objetos contra el miembro del comité nacional de Vox Jaume Buxadé, quien tuvo que ser escoltado por los Mossos hasta su vehículo. Alguno de esos objetos impactó en periodistas.
Miembros de Vox participaron en una manifestación convocada por la asociación Mossos por la Constitución acompañados de unos 150 agentes de la Policía de la Generalitat, Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía. Los participantes criticaron que el cuerpo policial catalán y el Govern «persiguen» a los agentes que defienden «la unidad de España». Varios miembros de Ciudadanos, y ninguno del PP, se sumaron a una concentración que acabó con gritos de «Viva Vox».