La Opinión de Murcia.- Un individuo al que en 2022 echaron de la empresa Sabic, en Cartagena, por comentarios homófobos, recurrió a los tribunales, que dieron la razón a la compañía al considerar que el despido era procedente. Primero fue el Juzgado de lo Social Nº 1 de Cartagena el que consideró, en una sentencia, que prescindir de esta persona era algo disciplinario. El trabajador era técnico de primera nivel 5 y llevaba en Sabic desde el año 2000. Entre las cosas que soltaba: ‘Los maricones tendrían que estar colgados, no tienen que vivir’.
En la carta de despido, la sociedad le comunicó que « se ha tenido conocimiento de la comisión por su parte de actuaciones que constituyen un maltrato de palabra y falta de respeto muy grave hacia un compañero, así como también un quebrantamiento del código de integridad de la compañía, todo ello en tiempo y lugar de trabajo». Y cita una ocasión en la cual el sujeto entró en las oficinas de mantenimiento, donde en aquel momento había tres compañeros, y soltó: «En esta sala hay uno al que le gusta que le den por culo, y no eres ni tú ni tú».
«Los presentes entendieron que sus palabras resultaban una alusión directa al restante compañero que se encontraba en la sala, el cual guardó silencio en la estancia, sintiéndose insultado y humillado», detalla la sociedad.
«Los maricones tendrían que estar colgados, no tienen que vivir», dijo en otra ocasión
Al día siguiente, en una reunión en el taller de mantenimiento, junto a tres compañeros y varios contratistas, manifestó delante de todos los presentes: «A ver si gobierna Vox y echan a todos los maricones, gais y lesbianas. Aquí solo queremos hombres y mujeres». A la vez, hacía gestos para señalar al mismo empleado al que insultó el día antes, el cual de nuevo salió del lugar, ofendido.
Dado que había testigos, los presentes comunicaron a la empresa lo que pasaba y Sabic comenzó a investigar. Descubrió que este sujeto tenía la costumbre de llamar «la maricona» al compañero en cuestión, del que también decía que «es un perro que no trabaja». «Además ha podido detectarse que usted, durante los últimos tiempos, ha venido incurriendo de manera reiterada en expresiones homófobas del peor cariz. En concreto, ha quedado acreditado que usted, en tiempo y lugar de trabajo, durante los últimos meses y en presencia de los trabajadores, ha proferido expresiones tales como ‘los maricones tendrían que estar colgados, no tienen que vivir’», destaca la carta de despido.
«Maltrato de palabra»
La sala de lo Social del TSJ de Murcia, al desestimar el recurso de este individuo, subraya que lo que dijo «supone un exceso que no tiene amparo en el derecho a la libertad de expresión, constituyendo un maltrato de palabra y una falta de respeto y consideración, culpable y grave, por la reiteración de la conducta y el contenido de las expresiones, especialmente porque atentan contra la dignidad de otro trabajador en la empresa a quien se las ha referido y lo ha señalado abiertamente, en su presencia, y delante de otras personas, incluso ajenas a la empresa, por lo que la gravedad de los hechos y su perfecta subsunción en la falta imputada queda plenamente constatada».
