Movimientos y organizaciones en contra del racismo condenaron declaraciones de políticos conservadores y de extrema derecha en contra de integrantes de la comunidad gitana que hace vida en la comunidad de Niza (suroeste) de Francia.
TELESUR.- Dos dirigentes políticos de partidos conservadores y de extrema derecha de Francia, serán demandados por la organización francesa SOS Racismo, por declaraciones racistas e incitación al odio contra la comunidad gitana establecida en esa nación.
Los demandados son el fundador y copresidente del Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen y el diputado por la conservadora Unión por un Movimiento Popular y alcalde de Niza, Christian Estrosi.
El primero, es acusado por calificar de urticante a los miembros de la comunidad Rons que hacen vida en la ciudad de Niza (suroeste).
Mientras que Estrosi, es señalado por ordenar destruir todos los campamentos gitanos en el país y expulsar a sus habitantes luego de cobrarles una multa por la ocupación ilegal de los terrenos.
Según anunció hoy el responsable de SOS Racismo en el departamento de Alpes Marítimos (suroeste), Amadoy Diallo, la demanda será presentada en esta capital.
Por su parte, el movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos, informó que estudia iniciar una querella judicial contra los políticos.
El Partido Comunista Francés, también se pronunció con relación a este hecho y este lunes presentó un comunicado firmado por el portavoz de la agrupación, Olivier Dartigoles, en el que condenaba las declaraciones de ambos dirigentes que consideran «xenófobas», asegurando que por su actuación, deberán ser llevados ante los tribunales por promover el odio contra extranjeros.
En febrero de 2012, unas tres mil personas manifestaron en Lyon (Francia) en contra de la xenofobia impulsada por la extrema derecha, en particular por el movimiento conocido como Identitario, cuya característica principal es el anti islamismo y rechaza toda inmigración no europea.
Esta organización, ha expresado públicamente que considera el mestizaje como una «amenaza mortal» para la identidad futura de los pueblos del continente.
