Delitos de odio: el 40% de las denuncias son de agresiones ideológicas ultras

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El nuevo grupo especial de la Brigada de Información investigó 177 casos en 2017, con 179 detenciones por ataques homófobos, racistas, religiosos y ultras

CARLOS HIDALGO. ABC.- Cuatro de cada diez delitos de odio denunciados en Madrid tienen como origen un conflicto ideológico. Así lo refleja el primer balance del recientemente creado grupo de investigación de delitos de odio de la Brigada Provincial de Información, a cuyas cifras totales ha tenido acceso ABC en exclusiva y que engloban a la capital con otros 14 grandes municipios (5 millones de habitantes). Los radicales de izquierdas y de derechas suman 72 de los 177 casos conocidos en 2017 y también suman el mayor número de detenciones, 131 (16 de ellas, de menores de edad) del global de 179.

El Grupo 31º se puso en marcha el 23 de junio pasado, coincidiendo con el inicio del World Pride 2017, el Orgullo Gay mundial, que se celebró en Madrid. Es una apuesta del Ministerio del Interior, que si los resultados en Madrid son satisfactorios (como así parece), se trasladará a otras Jefaturas Superiores de España. Aun así, la Brigada de Información viene trabajando este tipo de delincuencia desde 2010, aunque no por un grupo concreto.

La suma de ambas facciones de ideologías ultras suman 72 casos denunciados (41 cometidos por neonazis y similares, y 31 por izquierdistas, que suman el total de detenidos en este epígrafe). Entre los primeros, destaca la actividad de los Bukaneros, los hinchas del Rayo Vallecano, que son unos 300 pero de ellos alrededor de 70 cometen acciones violentas. Como síntoma, hace unas semanas colgaron una pancarta junto a un lateral del estadio en defensa de Rodrigo Lanza, el presunto asesino del Víctor Laínez, el pasado puente de la Constitución, en Zaragoza, por llevar unos tirantes con la bandera española.

Conocidas son también las querencias de algunos ediles de Carmena por el delincuente «Alfon», un pseudoterrorista condenado a cuatro años de cárcel por portar explosivos para su colocación en un banco durante la huelga general de noviembre de 2012. Ahí tenemos los ejemplos de Paco Pérez (presidente de Puente y de Villa de Vallecas) y Rommy Arce (Usera y Arganzuela), por solo mencionar a algunos.

También están Distrito 14, hombres y mujeres muy peligrosos de Moratalaz a los que «mima» uno de los concejales más radicales de Ahora Madrid, Pablo Carmona, quien les cede una caseta cada año en las fiestas del barrio. En febrero pasado, protagonizaron la llamada «caza al pijo», una tremenda batalla campal que acabó con heridos.

En el otro bando ideológico sobresalen los neonazis del Hogar Social Madrid, con lazos con organizaciones de corte similar como Amanecer Dorado (Grecia) y Casa Pound (Italia). De hecho, la actividad delictiva de la extrema derecha es ahora mayor que la de sus rivales;no tanto porque los primeros hayan crecido exponencialmente, sino porque los ultraizquierdistas han tomado espacio dentro de las instituciones, especialmente en partidos como Podemos y su marca municipal Ahora Madrid.

Si la extrema izquierda «juega» en la cancha del Rayo, la derecha ultra también utiliza el fútbol como mera excusa para sus ataques, destacando los Ultras Sur, Outlaw, el Frente Atlético y Suburbios Firm.

LGTBI

En cuanto a las agresiones al colectivo LGTBI se quedan muy cerca de las anteriores, con 68 asuntos conocidos, un 38,41% del total. Por desgracia, la mayoría no se denuncian por vergüenza de las víctimas, por el desconocimiento de su círculo familiar y social acerca de su orientación sexual o porque el conflicto se ha producido, por ejemplo, en una zona de «cruising» (lugares públicos de encuentros íntimos).

De cualquier modo, estos profesionales policiales animan a denunciar y rompen con cualquier tipo de tópico de que pueden ser prejuzgados. Cuentan, además, con la ayuda de asociaciones del colectivo homosexual, transexual y bisexual como Arcópoli. Poco a poco, esa brecha está desapareciendo, después de mucho trabajo de concienciación con esta comunidad.

Como en el resto de casuística, se recepcionan muchos testimonios en las comisarías de distrito y locales; una vez hecha la criba de si se trata de un asunto de odio, pasan a Información. En homofobia, lo más común son insultos y agresiones. Uno de los lugares donde más se dan es en la red de Metro, sobre todo los fines de semana durante las horas de fiesta, indican fuentes policiales: «Puede ser porque una pareja se dé un beso o vayan de la mano. Otros lugares recurrentes son las calles de Hortaleza y Fuencarral, en Chueca».

En un vagón que circulaba por Moncloa, el 9 de setiembre a las 1.30 horas, le dieron una paliza a un gay entre ocho y diez jóvenes, según reza en el atestado. Sin motivo alguno, le causaron una luxación en el hombro y le fracturaron la clavícula, a puñetazos y patadas. La víctima tiene 20 años y estaba acompañado de una amiga.

—¡Deja de mirar mal a mis amigos, maricón, bujarra!, le increparon.

—No estoy mirando mal a nadie.

—Mira a tu piba… Bueno, a tu amiga, que me vas a pegar con el bolso, maricón.

Hasta que el resto de pasajeros medió y el agresor fue detenido, no sin antes volver a la carga: «¿Qué pasa, quieres que te dé más?». Posteriormente, los agentes comprobaron, a través de la cuenta de Instagram de este sujeto, que simpatiza con la extrema derecha.

«¡Negro de mierda!»

El tercer capítulo de este primer estudio lo conforman el racismo y la xenofobia, con 27 denuncias y ocho detenidos. Los insultos más comunes son «negro de mierda» y «panchito, sudaca, vete a tu país». Estos delitos de odio los cometen gente de una horquilla de edad más amplia, de jóvenes a mayores.

En creencias religiosas, las musulmanas son las que peor salen paradas. Solo hay que recordar el hombre detenido en septiembre pasado después de increpar a una mujer con velo en el Metro. El caso se sobreseyó provisionalmente, al no haberse podido localizar a la víctima. La abogada del arrestado suele representar a los Ultras Sur.

La aporofobia es la violencia sobre los mendigos. Son agresiones que tienen un denominador común: la mezcla de fines de semana de juerga y juventud. Se denunciaron tres casos el año pasado. Finalmente, sobre discapacitados solo se registró un asunto: ocurrió el 6 de noviembre en la estación de Renfe de Parla, cuando tres latinos insultaron y dieron puñetazos a un chaval disminuido física e intelectualmente. La Brigada de Información analiza el caso y están por detener.

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