Las imágenes de la muerte del joven antifascista Carlos Palomino a manos de un depredador neonazi, soldado profesional, además de conmocionarnos van a cambiar la conciencia social sobre el problema de la violencia neonazi en nuestro país. Es verdad que desde los años 90 mantenemos en la memoria a la dominicana Lucrecia Pérez, al independentista Guillem Agulló, al aficionado donostiarra Aitor Zabaleta, al menor angoleño Augusto Dnombele y a otras víctimas de las más de 80 que hasta la fecha http://comprar-ed.com tenemos identificadas como crímenes de odio por racismo o intolerancia, pero a diferencia de las anteriores, este asesinato visualizado y sus imágenes serán un testimonio determinante en la conciencia ciudadana frente a la intolerancia criminal, además de mostrar la sangre fría del autor y la ausencia de legítima defensa o miedo insuperable que esgrimen quienes le apoyan.
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