Internet se ha constituido en la red de comunicaciones más extraordinaria que hemos conocido, convirtiéndose no solo en el más espectacular medio de difusión, es el instrumento de comunicación multidireccional del que todos obtenemos utilidades. Para lo bueno y para lo malo.
Esta dimensión extraordinaria fue captada desde el principio por los propagadores del odio, la discriminación y la violencia, por todos aquellos que niegan la convivencia democrática, percatándose del potencial de la red para difundir sus mensajes totalitarios e impulsar estrategias al servicio del desarrollo de la intolerancia