EFE. LA VANGUARDIA.- El presidente francés, Emmanuel Macron, provocó una gran polémica en su país al endurecer su tono sobre la inmigración, lo que le ha valido este martes críticas desde la extrema derecha, la izquierda y organizaciones humanitarias.
A pocos días de que los parlamentarios abran el debate sobre la nueva ley de inmigración, previsto para el próximo día 30, el presidente aseguró ayer lunes durante una reunión con su partido que Francia tiene que ser más firme en la aplicación de la ley, en particular en la acogida de refugiados.
«No podemos desviar la mirada de este asunto», dijo Macron, quien aseguró que a fuerza de hacerlo durante años el tema ha dado réditos a la extrema derecha.
París, 17 sep (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, provocó una gran polémica en su país al endurecer su tono sobre la inmigración, lo que le ha valido este martes críticas desde la extrema derecha, la izquierda y organizaciones humanitarias.
A pocos días de que los parlamentarios abran el debate sobre la nueva ley de inmigración, previsto para el próximo día 30, el presidente aseguró ayer lunes durante una reunión con su partido que Francia tiene que ser más firme en la aplicación de la ley, en particular en la acogida de refugiados.
«No podemos desviar la mirada de este asunto», dijo Macron, quien aseguró que a fuerza de hacerlo durante años el tema ha dado réditos a la extrema derecha.
El presidente sostuvo que su formación, La República en Marcha, amenaza con convertirse «en un partido burgués» porque «a los burgueses no les afecta» la inmigración, ya que «no se la encuentran» en la calle, a diferencia de las clases populares, «que viven con ella».
«La izquierda no ha querido afrontar el problema durante décadas. Las clases populares se han ido a la extrema derecha», indicó.
El Gobierno francés considera que el número de demandas de asilo se han disparado en Francia, mientras que en el resto de Europa están en retroceso.
De las 100.000 registradas en 2017 se pasará a las 130.000 este año, un aumento que Macron explica por la mala organización de Francia, al tiempo que cree que las mafias se aprovechan de esos instrumentos.
Su discurso, que puede marcar un endurecimiento de la política de asilo del país, ha sido comparado con el de su antecesor conservador, Nicolas Sarkozy.
Así lo apuntó la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien recordó este martes que en vísperas de citas electorales Sarkozy ya agitó el fantasma de la inmigración, pero que una vez instalado en el poder no actuó de forma firme contra ella.
Pero las críticas más fuertes llegaron desde la izquierda, que acusó a Macron de asumir el discurso de la extrema derecha que asegura querer combatir.
«Al adoptar el perfil de la Agrupación Nacional, el presidente Macron que quería ser un muro se convierte en una pasarela de ese partido», afirmó el líder socialista, Olivier Faure.
La senadora ecologista Esther Benbassa aseguró que «Sarkozy ha vuelto» y criticó que Macron quiera combatir a Le Pen adoptando sus políticas.
El comunista Sébastien Jumel dijo que el presidente pretende relacionar los problemas de la clase obrera con la inmigración en un momento en el que crece la protesta social contra algunas de sus reformas.