El Debate.- El 16 de noviembre es el Día Internacional de la Tolerancia. Al mismo tiempo que los gobiernos occidentales y entidades supranacionales se preocupan por el auge de la xenofobia, la islamofobia o la homofobia, callan ante los ataques contra los cristianos que crecen año tras año en Europa.
El Observatorio de la Intolerancia contra los Cristianos en la Unión Europea (OIDAC Europa) publica todos los años un extenso informe en el que recoge los delitos de odio contra los cristianos. La última versión recoge hasta 748 casos en 2022.
Los datos son muy próximos a los publicados por la OSCE en su Informe sobre el Delito de Odio que documenta 792 delitos de odio anticristiano en el mismo año.
Según OIDAC Europa, el crecimiento de los ataques es de un 44 % respecto al año anterior, mientras que los ataques incendiarios a las iglesias aumentaron en un 75 % entre 2021 y 2022. Entre los más perseguidos se encuentran los cristianos tradicionales.
En 2022, OIDAC Europa documentó 748 delitos de odio anticristiano en 30 países diferentes, frente a los 519 de 2021, y van desde ataques incendiarios, pintadas, profanaciones y robos hasta agresiones físicas, insultos y amenazas.
Por su parte, la OSCE detectó 792 delitos de odio contra cristianos en 34 países europeos, lo que también supone un aumento significativo respecto al año anterior y convierte a los cristianos en el grupo religioso más atacado después de los creyentes judíos.
Sobre los incendios, extraen que incentivos violentos como la frase «la única Iglesia que ilumina es la que arde» puedes ser relacionados con el auge de los ataques.
La para directora ejecutiva de OIDAC Europa, Anja Hoffmann, «mientras que en el pasado los motivos del vandalismo o la profanación de iglesias seguían siendo poco claros, ahora nos encontramos con que cada vez más autores dejan mensajes que revelan un motivo extremista, o incluso reivindican con orgullo en las redes sociales la autoría de los delitos cometidos».
Esto es una tónica cada vez más habitual que puede corroborarse en redes sociales, especialmente Instagram o Tik Tok.
Además de los ataques violentos, los cristianos también se han enfrentado a distintas formas de discriminación por motivos religiosos. A lo largo del año pasado, varios cristianos perdieron su trabajo, fueron suspendidos o incluso procesados por expresar en público opiniones religiosas no violentas.
Este acoso se produce tras dar su opinión sobre temas como el matrimonio o la familia, siendo las enseñanzas de la Iglesia contrarias en gran parte a lo que se promueve en este momento desde diferentes ámbitos político-económicos.
«La persecución de cristianos por expresar en público opiniones religiosas mayoritarias es una restricción muy problemática de la libertad religiosa», subraya Anja Hoffmann. «Ciertas legislaciones sobre ‘incitación al odio‘ en varios países de Europa utilizan un lenguaje muy vago o carecen por completo de una definición clara”, añade.
En los últimos años se han expandido ciertas limitaciones legales a la libertad religiosa y de reunión mediante los llamados proyectos de ley de «zonas tampón», especialmente en el Reino Unido, que penalizan la oración y las manifestaciones religiosas en zonas próximas a clínicas abortistas. Esto mismo ocurre ya en España al considerar que cualquier muestra de rechazo al aborto, incluido estar rezando en silencio frente a un abortorio, puede ser considerado como acoso a la mujer.
«Cuando los cristianos se vean obligados a elegir entre sus valores morales y su profesión, la sociedad se enfrentará a un futuro difícil», subraya Anja Hoffmann. «Al concienciar y proporcionar un análisis exhaustivo de los derechos humanos sobre estos acontecimientos, OIDAC Europa espera contribuir a salvaguardar la libertad religiosa de los cristianos y de todos los creyentes en toda Europa.»
