Voz Populi.– La llegada de miles de inmigrantes a Polonia desde Bielorrusia suscitó este domingo la reacción de protesta de ultranacionalistas y antisistema que, bajo la lluvia y a 60 kilómetros de la frontera oriental del país, loaron al Ejército y alertaron de los peligros de la inmigración.
Fueron apenas algo más de un centenar los que respondieron a la convocatoria en Bialystok, en una jornada lluviosa y mientras, según las autoridades de Varsovia, la presión migratoria desde territorio bielorruso remite, al menos temporalmente.ç
Compartir en FacebookCompartir en TwitterEnviar por emailCompartir en Flipboard0MARIO CORTIJO
EmailPUBLICADO 21/11/2021 19:59ACTUALIZADO 21/11/2021 19:59
La llegada de miles de inmigrantes a Polonia desde Bielorrusia suscitó este domingo la reacción de protesta de ultranacionalistas y antisistema que, bajo la lluvia y a 60 kilómetros de la frontera oriental del país, loaron al Ejército y alertaron de los peligros de la inmigración.
Fueron apenas algo más de un centenar los que respondieron a la convocatoria en Bialystok, en una jornada lluviosa y mientras, según las autoridades de Varsovia, la presión migratoria desde territorio bielorruso remite, al menos temporalmente.
En esta localidad del este polaco, y tras acudir a un servicio religioso en la iglesia de la Santa Roca, el grupo de manifestantes avanzó por la céntrica calle Lipowa hasta la plaza central, con pancartas en favor del ejército polaco y banderas de Movimiento Nacional, una agrupación nacionalista conservadora, y Confederación, un partido ultranacionalista y antisistema polaco.
Uno de los organizadores de la manifestación, Karol Czostków, dijo a Efe que la intención de la marcha fue apoyar «la seguridad de la frontera», la integridad de la patria polaca y pedir «que cada uno permanezca en su país», así como de protestar por la «llegada a Polonia de inmigrantes ilegales».
Representantes del movimiento regional de Podlasia (Este), la región donde se han producido la mayoría de las infiltraciones ilegales durante la crisis que se vive en la frontera polaco-bielorrusa, demandaron un cierre total de la frontera este del país.
Bajo una intensa lluvia, el grupo llegó a la plaza del Mercado encabezado por una pancarta donde se podía leer en grandes letras «gracias», en referencia al apoyo de este grupo a los 15.000 policías, militares y miembros de la Fuerza de Defensa Territorial que están desplegados en la frontera.
En ese lugar, varios de los organizadores dirigieron a los manifestantes para corear juntos gritos de «¡gracias!», «¡viva la Guardia Fronteriza!», «gracias por una frontera segura», y cantar el himno nacional polaco.
«La izquierda, la oposición, los artistas y celebridades apoyan de una manera equivocada a los inmigrantes», dijo uno de los organizadores desde el estrado, y añadió que «los niños son usados (en la frontera) como armas de Lukashenko», el hombre fuerte del régimen bielorruso.
Además de hacer referencias al sufrimiento de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, se escuchó a una de las organizadoras, Kinga Dobralska, criticar a «los medios de comunicación liberales, las celebridades e intelectuales que hacen propaganda contra los soldados».
Asimismo, los participantes aludieron a los «políticos multi-culti» o multiculturales, y criticaron a los partidos políticos de la oposición al gubernamental y ultranacionalista Ley y Justicia (PiS) por «hacerle el juego» a Lukashenko y su régimen.
Desde que, hace unos meses, se intensificó la llegada de inmigrantes ilegales a Polonia, Letonia y Lituania desde Bielorrusia, los gobiernos de estos países acusan a Minsk de conducir hacia la Unión Europea a miles de personas con el propósito de desestabilizar a los 27.
Hoy, en Bialystok, se escuchó cómo se calificaba a los inmigrantes como «agresivos» y «capaces de traer virus y enfermedades» a Polonia. Parecían hacerse eco de unas polémicas manifestaciones de Jaroslaw Kaczynski, presidente del partido gubernamental, quien llegó a afirmarn que «los migrantes han traído enfermedades como el cólera y la disentería a Europa, así como todo tipo de parásitos».
El primer ministro Mateusz Morawiecki, que hoy viajó a las repúblicas bálticas para agradecer el apoyo conjunto frente a la estrategia de Minsk, señaló recientemente que la situación en la frontera «no es una crisis migratoria, sino política», y Varsovia la califica como de «guerra híbrida» instigada por Bielorrusia.
Lemas similares a los escuchados en esta zona del este de Polonia se habían podido oír durante la Marcha conmemorativa del Día de la Independencia en Varsovia del pasado 11 de noviembre; los organizadores afirmaron que «Polonia está en guerra» debido a la «invasión» de la frontera con Bielorrusia, «sustentada por Moscú»
Durante los días previos a esta concentración, el Gobierno municipal de Bialystok organizó varias acciones cívicas con el objetivo de hacer público su apoyo a las Fuerzas Armadas. Hubo concursos escolares de dibujos de apoyo a los soldados, y el concejal Mateusz Sawicki animó a los vecinos a pintar murales en algunos edificios de Bialystok con motivos patrióticos.
Además, la Asociación Nacional de Jóvenes polacos, de carácter conservador, ha estado haciendo colectas callejeras para conseguir fondos con los que comprar regalos y productos de uso cotidiano que enviaron a las fuerzas destacadas en la frontera.
Recientemente, el Gobierno polaco hizo cambios para agilizar el procedimiento necesario para enrolarse en el Ejército o en la Fuerza de Defensa Territorial polaca, un cuerpo paramilitar al que se unen voluntarios de todo el país, especialmente estudiantes, para recibir entrenamiento un mes al año y poder participar en situaciones como la que se vive en la frontera.