Un grupo anónimo envió amenazas gracias a los datos obtenidos en ordenadores de la policía de Hesse
ENRIQUE MÜLLER. EL PAÍS.- Fráncfort, la capital financiera de Alemania y sede del Banco Central Europeo, tiene un problema con su policía que se inició en 2018 y que ha cobrado una peligrosa actualidad en las últimas semanas. El último episodio de la polémica, que le ha costado el cargo al jefe de la policía de Hesse, Udo Münch, es que un misterioso grupo ha enviado, a intervalos irregulares, amenazas a varios activistas cuyos datos personales fueron consultados varias veces en los ordenadores de la policía de Hesse.
En todas las amenazas, los responsables anónimos de los correos, que se hacen llamar NSU 2.0, aluden a la serie de asesinatos cometidos por el grupo Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU, por sus siglas en alemán), que mató a diez personas entre 2000 y 2007. Las autoridades regionales, así como políticos y prensa, creen que en el seno de la policía del land existe una peligrosa red de militantes de la extrema derecha que ha enviado amenazas de muerte a políticos de izquierda, abogados, artistas y a periodistas.
La primera amenaza fue enviada a la abogada de Fráncfort, Seda Besay-Yildiz, en agosto de 2018 y fue enviada desde un fax de una estación de la policía de Fráncfort. “Mataremos a tu hija, en represalia por una multa de 10.000 euros”, decía la carta que mencionaba correctamente el nombre de la hija de la abogada y su dirección. “Eres una cerda turca que debería irse a la mierda”, escribieron los militantes de NSU 2.0 a la abogada, que defendió a los familiares de las víctimas del grupo terrorista NSU en un juicio que tuvo lugar en Múnich.
La abogada recibió la última de seis amenazas tres días después del asesinato de Walter Lübcke, político democristiano y expresidente del distrito de Kassel. El remitente anónimo la amenazó con el mismo destino que corrió el político asesinado de la CDU.
El pasado febrero, los activistas anónimos arremetieron contra Janine Wissler, la jefa del grupo parlamentario del partido Die Linke (La Izquierda) en el Parlamento regional de Hesse. Recibió dos correos electrónicos que contenían datos que no eran de dominio público y que fueron obtenidos en un ordenador de la policía de Wiesbaden, la capital del land.
En vídeo, el vicepresidente del parlamento estatal de Hesse, Ulrich Wilken, afirma en una entrevista que es «obvio» que hay organizaciones de derecha implicadas en el envío anónimo de amenazas.REUTERS
La semana pasada, la diputada federal de Die Linke Martina Renner y su colega en el Parlamento regional de Berlín Anne Helm recibieron sendas amenazas firmadas por el grupo. El jueves, el portal electrónico de la revista Der Spiegel reveló que también fue el caso de la conocida periodista Maybrit Illner y un colega del periódico Die Tageszeitung.
Las amenazas y la certeza de que muchos correos electrónicos fueron enviados gracias a las informaciones obtenidas en la base de datos de la policía de Hesse han encendido todas las luces rojas en el Ministerio del Interior del Estado. El ministro, Peter Beuth, ya no descarta la posibilidad de que exista una red de ultraderecha en la policía. “Espero que la policía de Hesse no deje piedra por remover en sus esfuerzos por disipar esta sospecha”, dijo el ministro, quien anunció que había nombrado a un investigador especial para acabar con las sospechas e identificar si existe en efecto una red de ultraderecha en el seno de la policía de Hesse.
El uso de las computadoras está probado, pero las investigaciones que se han realizado no han logrado identificar al autor o autores del envío de los correos. El periódico Frankfurter Rundschau ha informado de que Idiul Baydar, actriz y cabaretista de origen turco, había sido amenazada y que todos los correos que recibió fueron obtenidos de un ordenador de la policía de Hesse.
El escándalo que está arruinando la imagen de la policía del land ha estallado poco después de que la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, anunciara a finales de junio la disolución de la segunda compañía de combate del Comando de Fuerzas Especiales (KSK) a causa de los vínculos de algunos de sus miembros con la extrema derecha.
Poco después, el ministro del Interior federal, Horst Seehofer, señaló que el extremismo de derecha, el antisemitismo y el racismo seguían siendo “la mayor amenaza para la seguridad en Alemania”. “El número de delitos, el número de familiares, el número de extremistas de derecha dispuestos a usar la violencia ha seguido aumentando”, dijo al presentar el informe anual de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.