Aumentan las críticas a las condiciones de trabajo en mataderos como el de Tönnies, donde se infectaron más de 1.500 personas
EFE. DEUTSCHE WELLE.- Representantes del colectivo de gitanos y de la migración rumana han denunciado la situación que viven los trabajadores de los mataderos o los habitantes de bloques de edificios afectados por los brotes de coronavirus de Alemania, y reclamado atención especial para estos.
Las condiciones de trabajo que se dan en lugares como el matadero de Gütersloh (oeste del país) deben ser «mejoradas urgentemente», manifestó el embajador de Rumanía, Emil Hurezeanu, en declaraciones al grupo mediático Funke. La situación de estos trabajadores, subcontratados por otras empresas, son «sobradamente conocidas», prosiguió el diplomático, quien recordó que casi la mitad de los afectados son rumanos.
Para la totalidad del distrito de Gütersloh y de la vecina ciudad de Warendorf se dictaron ayer severas restricciones y la práctica paralización de la vida pública, tras verificarse más de 1.500 nuevas infecciones en el matadero Tönnies. Ya anteriormente se habían detectado otros brotes en plantas cárnicas, tanto en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde ese encuentran esas ciudades, como en otras regiones alemanes.
El gobierno de la canciller Angela Merkel reaccionó a esa situación impulsando en mayo una ley para la mejora de las condiciones de trabajo de ese sector y especialmente en lo que se refiere al control sobre las empresas que los subcontratan.
Las autoridades renanas admitieron el martes (23.06.2020) que algunas de estas empresas ni siquiera han facilitado las listas con los nombres de los posibles afectados por las infecciones y que tampoco se sabe del paradero de algunos de estos trabajadores. Muchos de ellos no hablan alemán, lo que dificulta la comunicación y hace doblemente doloroso su aislamiento.
Las críticas al proceder del matadero Tönnies no son nuevas, sino que desde organizaciones sindicales y otros colectivos han sido repetidamente denunciadas las condiciones de alojamiento y laborales de estos trabajadores, en su mayoría procedentes de Rumanía y Bulgaria.
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Brote y escándalo en Tönnies
Tönnies emplea a unos 7.000 trabajadores y el propósito de las autoridades sanitarias renanas es practicarles a todos ellos, así como a las personas de contacto de éstos, los correspondientes análisis. Algo que obviamente no puede hacerse o al menos no en su totalidad, por no tener al completo esas listas.
De vuelta a las restricciones
Pese a que el brote afecta casi exclusivamente a los trabajadores de la planta y sus personas de contacto, las restricciones se aplican a toda la población, ya que no hay garantías tampoco de que hasta ahora se hayan cumplido las condiciones de cuarentena.
Las autoridades regionales elaboraron el martes un paquete de cinco medidas que incluyen la reducción de los contactos al núcleo familiar u otras formas de convivencia en un hogar, y el cierre de locales e instalaciones públicas y privadas, así como actividades donde no es obligatorio el uso de mascarilla. Asimismo se forzará al cumplimiento de la cuarentena y, por otra parte, se ampliará la realización de test a todos los grupos vulnerables, a todos los empleados en empresas cárnicas y a todo ciudadano interesado en conocer su estado.
A la situación de Gütersloh y de su distrito vecino se suma la cuarentena que se ha dictado para los habitantes de unos bloques de viviendas de Gotinga (centro del país) y también en el barrio berlinés de Neukölln. El Consejo Central de los Gitanos de Alemania alertó ayer del peligro de que se discrimine a su colectivo.