EFE. LA VANGUARDIA.- La Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana, el partido de la canciller Angela Merkel, apuntó este lunes a la posibilidad de dar un apoyo externo a La Izquierda, partido ganador de las elecciones regionales en Turingia (este), pero que no tiene una mayoría para gobernar, en medio del auge ultraderechista.
«Tenemos clara nuestra responsabilidad hacia Turingia y la necesidad de evitar una polarización», afirmó el líder de la CDU en ese «Land», Mike Mohring, para añadir que su posición no será dictada «desde Berlín».
El propio Mohring había descartado durante la campaña electoral de esos comicios toda colaboración con La Izquierda, de acuerdo con la línea marcada a escala federal por su partido.
La Izquierda ganó claramente los comicios del domingo, al alcanzar un 31 % de los votos, casi tres puntos por encima de sus resultados de 2014.
La CDU cayó más de 11 puntos, para situarse en el 21,8 %. Además de perder la posición de primera fuerza, el partido de la canciller quedó por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que dobló con creces sus resultados y se alzó con un 23,4 %.
El izquierdista Bodo Ramelow se convirtió en 2014 en el primer representante de su partido al frente de un gobierno regional en Alemania. En los últimos cinco años gobernó en Turingia en coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes.
Pese a la fortaleza de su partido, esa alianza quedó sin mayoría, ya que el SPD cayó al 8,2 % -cuatro puntos por debajo de 2014- y los Verdes quedaron prácticamente igual, con el 5,2 %.
Ramelow necesita ahora, cuando menos, de apoyo externo para gobernar «bajo tolerancia» en minoría. Un apoyo que podrían prestarle sus enemigos políticos declarados, sea la CDU o el Partido Liberal (FDP), que entró en la cámara regional tras superar el listón mínimo del 5 % por apenas cinco votos.
La AfD está descartada como aliada por el resto del espectro parlamentario, tanto a escala federal como regional. En Turingia está liderada por Björn Höcke, representante de su ala más radical y cercana al neonazismo.
Los comicios regionales del domingo confirmaron el alza ultraderechista en la mitad este del país. El pasado septiembre, la AfD se colocó como segunda fuerza en Brandeburgo y Sajonia, asimismo en el este, con un 23,5 y un 27,5 %, respectivamente, y asimismo comandada por su ala más radical.