AP. 20 MINUTOS.- Una audiencia del Congreso estadounidense sobre la retórica racista en internet se convirtió en una demostración vívida del problema cuando la transmisión en vivo recibió una lluvia de comentarios racistas y antisemitas.
YouTube inhabilitó el chat en vivo a los 30 minutos de iniciada la audiencia debido a lo que llamó “comentarios odiosos” de los usuarios de internet.
El incidente ocurrió mientras directivos de Google y Facebook comparecieron ante la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes para responder a preguntas sobre el papel de las redes en la difusión de crímenes de odio racial y el auge del nacionalismo blanco en Estados Unidos.
Se les sumaron líderes de la Liga Antidifamación, la Sociedad para la Igualdad Judicial y otras agrupaciones. Neil Potts, director de políticas públicas de Facebook y Alexandria Walden, asesora para temas de libertad expresión y derechos humanos en Google, defendieron las normas de la empresa que prohíben el material que incita a la violencia o el odio. “No hay lugar para el terrorismo o el odio en Facebook”, declaró Potts. “Eliminamos todo contenido que incite a la violencia”.
Surgieron desacuerdos partidistas entre los legisladores y algunos testigos cuando representantes republicanos denunciaron como discurso racista las críticas de la legisladora demócrata Ilhan Omar a los partidarios de Israel.
La audiencia fue organizada a raíz de la masacre en marzo en Christchurch, Nueva Zelanda, donde un hombre mató a 50 personas en dos mezquitas y transmitió la atrocidad en vivo por Facebook.
Además, el perpetrador colocó en Facebook un extenso manifiesto propagando su ideología supremacista blanca. Pero en realidad desde hace años las redes sociales como Facebook, Google y YouTube se han visto envueltas en controversias sobre los contenidos nacionalistas y racistas que exponen.
Inicialmente las compañías decían que tenían que respetar la libertad de expresión y que no podían ser editores de contenidos, hasta que sus usuarios se quejaron por la cantidad de mensajes odiosos en sus pantallas.
En el 2017, tras la mortífera marcha de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, las empresas tecnológicas empezaron a excluir a grupos o individuos extremistas que propaguen puntos de vista extremistas o que apoyen la violencia.
En marzo, Facebook amplió la prohibición para abarcar a los nacionalistas blancos además de los supremacistas, una distinción que grupos de derechos humanos hace tiempo denunciaban como falsa.
A pesar de la prohibición, al menos para la noche del lunes, todavía existían cuentas con nombres como «Aryan Pride» (“Orgullo Ario”). Esa página de Facebook dice: “Si usted no es de raza blanca, váyase a otra página porque yo no soy amigo suyo”.