RTVE.- Brahim Aouissaoui ha sido condenado este miércoles a cadena perpetua por el atentado yihadista que perpetró el 29 de octubre de 2020. El tunecino, de 21 años, único acusado de perpetrar el ataque terrorista, entró en la basílica de Niza (Francia) con un Corán de la mano y un cuchillo de 17 centímetros y asesinó a tres personas. El joven había llegado tres días antes a Francia desde Italia y estaba en situación irregular.
El Tribunal Especial que lo ha juzgado en París ha aceptado la pena máxima que solicitaba la Fiscalía, sin posibilidad de reducción de pena.
Entre las víctimas se encontraban el sacristán y dos feligresas. Una de ellas, una madre de familia franco-brasileña de 44 años, Simone Barreto Silva, acudió al interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción al oír un gran tumulto. Al entrar recibió catorce puñaladas y se encontró con el cuerpo decapitado de Nadine Devillers, una parroquiana de 60 años, la primera víctima de Aouissaoui.
Berreto Silva consiguió salir del templo y refugiarse en un establecimiento cercano, donde falleció minutos más tarde.
El sacristán del templo, Vincent Loquès, de 54 años, trató de reducir al agresor y también acabó degollado, antes de que una patrulla de la policía municipal que pasaba por la zona entrara en la iglesia. Aouissaoui se abalanzó contra los cuerpos de seguridad al grito de «Alá es grande», antes de ser abatido a tiros. El autor de los hechos entró en un coma del que se despertó semanas más tarde.
El autor reconoce los hechos
Tras despertar del coma, Aouissaoui aseguró no recordar nada de lo sucedido, un argumento que mantuvo en los primeros días del juicio, pese a los informes psiquiátricos que probaban que no había sufrido ninguna pérdida de memoria y pese a algunos mensajes que envió durante el periodo de detención preventiva.
El pasado lunes, durante su interrogatorio, Aouissaoui cambió totalmente de versión, reconoció los hechos y los justificó como una acción para vengar a los musulmanes asesinados. El tunecino, sin embargo, negó todo carácter terrorista: «No soy un terrorista, soy un musulmán».
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«Sí, reconozco los hechos», afirmó Aouissaoui. «Cada día hay musulmanes asesinados. Todos los días ustedes matan musulmanes y les da lo mismo. No muestran ninguna empatía con ellos». El acusado, que se expresó en árabe, aseguró que «Occidente mata ciegamente» y que «la venganza es un derecho y una verdad».
El acusado aseguró que no había preparado su acción, señaló que había comprado unos cuchillos «para cortar pan» y dijo no recordar los detalles del crimen.
«Les he dicho por qué cometí los hechos, pero no recuerdo cómo lo hice (…) Era mi destino. Acepto lo que esté predestinado para mi. Cada persona es responsable de lo que hace, claro que yo soy responsable», agregó Aouissaoui.
El atentado de Niza culminó unas semanas trágicas en Francia por el terrorismo islamista, que según las autoridades tuvo relación con el juicio a los cómplices del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo de 2015.
