Dos de los acusados ya han sido excarcelados
La fiscalía pedía 120 años por Ricardo Mateo López
JESÚS GARCÍA. EL PAIS.- Muchos delitos, pero poca pena por cada delito. El juicio a los Casuals —la facción más violenta de los Boixos Nois— por extorsionar a dueños de discotecas y propinar palizas por encargo se saldó ayer con condenas a varios de sus miembros. La más elevada la recibió el líder del grupo, Ricardo Mateo, que ha sido condenado a 12 años y nueve meses de prisión por lesiones, robo con violencia y tráfico de drogas, entre otros delitos. Eso es solo una décima parte de los 120 años que solicitaba para él la fiscalía. Además, Mateo podrá estar en prisión, como máximo, un total de nueve años, detalla la sentencia.
La resolución, de casi 300 páginas, condena a 14 de los acusados (la mitad) por asociación ilícita. Entre ellos, claro, Mateo, que como líder llegó a aplicar una sanción a uno de los miembros por una conducta poco apropiada. Los magistrados consideran que los jóvenes constituyeron, desde 2006, un grupo que tenía como finalidad emplear la intimidad física para influir en testigos y lograr, así, la impunidad. La sentencia considera que la asociación ilícita no es extensible a otros delitos como el tráfico de drogas, la extorsión o los robos.
La Audiencia, en consecuencia, descarta que la finalidad de los Casuals fuera extorsionar a propietarios de locales de ocio nocturno para ser contratados como empleados de seguridad. “Nos hallamos ante un grupo de personas con aficiones comunes, la de ser seguidores de determinado club de fútbol, la práctica del boxeo o artes marciales, la posesión de armas”, resume la sentencia, que subraya la forma de actuar “pendenciera, agresiva y violenta” de los Casuals.
La sala considera probadas diversas agresiones a porteros y empleados de discotecas en zonas de ocio de Barcelona. Por ejemplo, la paliza que recibió un vigilante de Pachá o el ataque a una persona con la que los Casuals habían tenido un problema en el parque acuático Isla Fantasía. En diciembre de 2008, además, varios de los Casuals se enfrentaron a golpes con un grupo de personas para impedir que accedieran a una subasta en los juzgados.
Los magistrados han avalado la validez de las conversaciones telefónicas y han valorado también el hecho de que algunos testigos se desdijeran de sus acusaciones durante el juicio, que fue tenso. En la recta final, de hecho, los Casuals se enfrentaron a golpes a los Mossos que les vigilaban.