Los últimos sondeos indican que el Frente Nacional de Marine Le Pen es el partido de preferencia de la clase obrera
JUAN PEDRO QUIÑONERO. ABC.- Todos los estudios sociológicos lo confirman: el Frente Nacional de Marine y Jean-Marie Le Pen se ha consolidado como el partido más votado por los obreros de Francia. ¿Como analiza esa evolución política y social un ministro socialista del Trabajo?
François Rebsamen, socialista histórico, también es un analista y conocedor emérito del paisaje político francés. A lo largo de una comida informal, en los salones del ministerio del Trabajo, me comenta tal proceso, que está llamado a ser determinante, los próximos años. «De entrada, no hay una sola causa. Una parte de la clase obrera vota al FN, desde hace años, por muchas razones», dice.
-¿Qué razones?
-De entrada, en tiempos de crisis, los obreros menos favorecidos son las primeras víctimas. Sufren el paro de manera muy dura. Y, en ocasiones, tienen un reflejo de miedo y angustia hacia el «otro».
-¿Quién es el «otro»?
-El otro puede ser un extranjero. O un inmigrante. La presión migratoria, el paro y la crisis son un cóctel inquietante.
-Gobiernos, partidos, sindicatos y líderes políticos no quieren asumir su propia culpa.
-Una parte de la clase obrera comenzó a votar a la extrema derecha de Le Pen hace años. Todos tenemos una parte de culpa, izquierda y derecha. No hemos sabido escuchar la angustia de la clase obrera.
-Su partido, el PS, el partido del presidente Hollande, y la UMP, el partido de Sarkozy, tienen poco o muy poco voto obrero.
-Quizá lleve usted razón. Todos debemos hacer un esfuerzo. Y los socialistas en particular. Dicho esto, es verdad que los obreros, la clase obrera, están muy mal representados en el paisaje político. Y esa mala representación hace el juego de los populismos. Desde otro ángulo, la clase obrera también se ha dividido. Hay una clase obrera más o menos «acomodada», bien implantada en la función pública. Hay otra clase obrera, «muy lumpen», víctima caída en el pozo negro que limita con la pobreza. Los más débiles son quienes más sufren y están más tentados por el voto extremista o populista.