BBC MUNDO.- Un soldado alemán conduce un auto en el que ondea un banderín nazi frente a un centro de refugiados y hace un gesto amenazante.
Otro publica fotos de militares en uniformes de las SS, la principal organización paramilitar de Adolf Hitler.
También se informa de ocasionales gritos del reconocido saludo fascista «Sieg heil» entre algunos reclutas.
Lo descrito es parte de una investigación de unos 280 casos relacionados con la presencia de elementos de extrema derecha dentro de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas de Alemania) que actualmente conduce el Ministerio de Defensa de ese país.
Recuerdos y glorificación
Este número de casos representa una minoría dentro de una fuerza de casi 180.000 miembros, pero es preocupante porque muchos se han producido apenas entre 2016 y lo que va de 2017.
También coinciden con un período de resurgimiento extremista -tanto de derecha, izquierda e islámico- y se dan en anticipación de las elecciones generales en Alemania.
La ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, reprendió a las autoridades militares por haber ignorado la situación durante largo tiempo.
En el pasado se habían descubierto ocasionalmente recuerdos nazi entre los cuarteles militares que eran abordados aisladamente, sin embargo, el fenómeno actual parece ser parte de una red con conexiones extremistas fuera de las propias fuerzas armadas.
Montaje de atentado
El detonador de las investigaciones fue el descubrimiento de un complot «terrorista» que la fiscalía acusa a un oficial del ejército de planear.
Un teniente, identificado únicamente como Franco A., fue arrestado el 27 de abril acusado de hacerse pasar por un refugiado sirio y registrarse como tal, con la intención de realizar un atentado contra destacados políticos alemanes conocidos por sus posturas liberales hacia los refugiados.
Otro soldado y un tercer individuo también fueron detenidos en relación al complot.
Según los fiscales, la intención era organizar un ataque «terrorista» que pareciera haber sido perpetrado por un refugiado registrado y «contribuir a la sensación general de amenaza».
Una investigación inicial del Ministerio de Defensa descubrió que las inclinaciones de extrema derecha de Franco A. se conocían de tiempo atrás.
Hace tres años presentó una tesis de grado en la academia militar francesa donde estudió una maestría que llamó la atención por su lenguaje nacionalista y racista.
No obstante, aún después de que la tesis fuera revisada por las autoridades alemanas, no se tomó ninguna acción disciplinaria contra el oficial.
La ministra Von der Leyen emitió una fuerte crítica contra la cúpula militar, acusándola de descuido al permitir que pulule el extremismo entre los reclutas, y ordenó unainvestigación que describió como«profunda y dolorosa».
Normas estrictas
Algunos la han acusado de sobrerreaccionar, mientras que el candidato opositor en las próximas elecciones, Martin Schulz, asignó la responsabilidad del escándalo a la propia ministra.
Según algunos analistas, el problema puede radicar en algunas de las recientes modificacionesdel servicio militar en Alemania y al lugar de origen de gran parte de los reclutas.
El ejército alemán, laBundeswehr, se reconstituyó después de la Segunda Guerra Mundial con medidas especiales para alejarlo de la sombra de su antecesor nazi, la Wehrmacht.
A lo largo de los años se han añadido decretos que estipulan qué tradiciones y reglas rigen a las fuerzas militares.
En teoría por lo menos, hay estrictas normas con respecto a qué tipo de lenguaje es aceptable dentro de la institución.
Cada nuevo recluta debe divulgar si tiene alguna conexión con grupos de derecha, entregar una copia de su expediente judicial y jurar lealtad a la Constitución. No puede siquiera aparentar articular puntos de vista hostiles a las leyes del país.
La propia Constitución prohíbe la participación del ejército alemán en cualquier conflicto, con la excepción de misiones lideradas por países aliados dentro de la OTAN o Naciones Unidas.
Servicio militar voluntario
Hasta sólo hace 6 años, el servicio militar era obligatorio con la idea que los reclutas provinieran de diferentes sectores y estratos sociales y así eliminar la probabilidad de una concentración de ideologías extremas.
Pero desde 2011, es voluntario. Para algunos observadores, eso ha abierto la puerta a que más grupos marginados entre a formar parte de las filas de la Bundeswehr.
Según Hans Kundnani, investigador del Marshall Fund de Alemania, muchos de estos elementos radicales provienen de la otrora Alemania Oriental.
En una entrevista con la publicación Foreign Policy, Kundnani señaló que mientras la población de la entonces Alemania Oriental es apenas una quinta parte del total, aporta una tercera parte de los reclutas.
«Los alemanes orientales están desproporcionadamente representados en la Bundeswehr», comentó. «Eso es obviamente significativo porque dentro de la antigua República Democrática de Alemania el neo nazismo es un problema mayor que en occidente».
Desde la reunificación alemana, en 1990, en Alemania Oriental se empezaron a manifestar esos sentimientos extremistas reprimidos durante décadas de régimen comunista.
En 1992, en la ciudad oriental de Rostock hubo violentos disturbios antiinmigrantes y ese movimiento de extrema derecha ha continuado atrayendo más adeptos a través de los años.
La xenofobia y la violencia extremista se ha disparado a partir de 2014 en Alemania, particularmente en reacción al extremismo islámico y el flujo de inmigrantes del Medio Oriente.
La crisis migratoria de los últimos dos años ha resultado en un alto sentimiento antiinmigrante en el país e impulsado al populista Partido Alternativa para Alemania, que ha logrado una racha de victorias electorales regionales.
A pesar de que la ideología de extrema derecha dentro de las fuerzas armadas de Alemania es minoritaria, se ha ordenado una inspección de todas las instalaciones militares, en busca de imágenes, textos o despliegues que glorifiquen el pasado nazi.
Además, a partir de julio, entrarán en efecto nuevas reglas que requerirán de cada nuevo recluta solicitante un estricto certificado de seguridad antes de que sea asignado a un cargo militar.