DOS MANZANAS.- La justicia salvadoreña ha abierto el juicio contra tres policías acusados de asesinar a una mujer trans en enero de 2019. La víctima, Camila Díaz, fue golpeada brutalmente y arrojada en marcha de un vehículo. Murió de sus lesiones en un hospital tres días después. Es un terrible ejemplo más de la violencia que sufren las personas LGTBI, y muy singularmente las mujeres trans, en el país centroamericano. Muchas intentan huir a Estados Unidos, como Díaz, que tras conseguirlo fue deportada del país y asesinada al regresar a El Salvador.
El brutal asesinato ocurrió en enero de 2019. Camila Díaz, una mujer trans, fue detenida por la policía y brutalmente agredida en un vehículo, del que fue arrojada en marcha. Tres días después, fallecía a consecuencia de las lesiones sufridas. La autopsia reveló que sufrió golpes propinados con un objeto, que podría haber sido un arma. Los tres policías se sientan como acusados en el juicio que se abrió a principios de este mes en San Salvador.
El crimen pone de manifiesto la vulnerabilidad de las personas LGTBI en el país centroamericano, y especialmente de las mujeres trans. Muchas de ellas intentan huir, pero no todas lo consiguen. Es el caso de Camila Díaz, que no solo sufrió la violencia en El Salvador sino también en Guatemala y México en su camino a Estados Unidos. Cuando finalmente llegó a su destino en agosto de 2017, fue detenida por las autoridades de inmigración y deportada tres meses después. Poco más de un año después era asesinada en El Salvador.
Los activistas salvadoreños confían en que casos como el de Camila Díaz sirvan para aumentar la concienciación social sobre la violencia contra la comunidad LGTBI. El año pasado, aparte del de Díaz, se sucedieron los asesinatos de Jorge Armado Castillo (asesinado el 11 de enero en el departamento de San Miguel con once disparos en el rostro), una mujer trans identificada como Lolita (asesinada el 8 de febrero en el departamento de Sonsonate por personas desconocidas que la atacaron a machetazos), otra mujer trans, identificada como Tity (asesinada el 10 de marzo a golpes, tras ser agredida sexualmente) y Miranda Rivas (una chica trans de 25 años a la que sus asesinos arrastraron con un vehículo durante casi cinco kilómetros). De hecho, solo en los últimos tres años (2017, 2018 y 2019), la Federación Salvadoreña de personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersexuales (FESLGBTI) ha documentado al menos 20 asesinatos de mujeres trans, todas entre los 18 y 32 años. Un hecho que según la entidad «sostiene nuestra afirmación, una vez más, de que promedio de vida de las mujeres trans en El Salvador no sobrepasa los 33 años».