Marca.- La gimnasta Claudia Jaimez, ex integrante del equipo nacional de gimnasia rítmica, ha denunciado en los micrófonos de Radio MARCA el trato denigrante que presuntamente han recibido ella, de 15 años, y su compañera Carla Vilasánchez (16 años) por parte de alguna entrenadora en el CAR de León.
Según Claudia, en los entrenamientos «recibíamos insultos como bollicao, mazapán… Y más allá de posibles problemas con el peso también nos llamaban inútiles, nos decían que no valíamos para nada, te van a echar del equipo nacional, eres peor que las niñas pequeñas…».
La gimnasta asegura que Alejandra Quereda, seleccionadora nacional, estaba al tanto de lo que ocurría. «Pero no salió nunca en nuestra defensa», explica Claudia, ya exintegrante del equipo nacional. «Una persona del staff técnico llamó a mi madre y le dijo que yo estaba fuera del equipo. Ella llegó a casa, me lo dijo, y me comentó que iba a intentar llamarme Alejandra. Lo hizo y me comentó que no había más becas y que no había cumplido los objetivos, objetivos que a día de hoy aún no sé cuáles son».
Las gimnastas, menores de edad, han denunciado el caso junto a sus padres en el Consejo Superior de Deportes. «Nos contestaron que pondrían una cámara con micro en las salas del CAR de León. Que sentían lo que me había pasado».
Sobre sus compañeras, Claudia asegura que «igual hay algunas que tienen esta situación normalizada porque te acostumbras a los insultos y entiendes que es algo normal, incluso necesario para llegar a lo más algo. Es deporte de élite y hay exigencias, no vas a jugar y nos tienen que exigir, eso lo sabemos. Pero una cosa es eso y otra cosa son los insultos y la falta de respeto. Y otras igual no lo cuentan porque creen que es su único medio para llegar a lo más alto porque de esas personas depende que puedan llegar a lo más alto».
La Federación española de gimnasia no ha querido hacer declaraciones a los compañeros de Radio MARCA sobre esta denuncia. «Esto no es porque me hayan echado del equipo. Cuando estás dentro, no dices nada porque lo normalizas o porque sabes que si lo cuentas, te echan. Pero a lo largo de los años, algo así termina haciendo daño, a una gimnasta no puede ser tratadas mal, independientemente de si son mejores o peores gimnastas».