JUAN JOSÉ MATEO. EL PAÍS.- La dirección de Ciudadanos formó la pasada semana una gestora en Getafe tras detectar que exmiembros de Falange y del partido de ultraderecha España 2000 intentaban controlar la agrupación, según explicaron fuentes del partido, que aseguraron que tres de los cinco dirigentes de su junta directiva en la ciudad madrileña (171.000 habitantes) fueron expulsados por ese motivo a principios de año. El temor a que hubiera más integrantes de esos grupos de extrema derecha entre los afiliados retrasó hasta la pasada semana la creación de la gestora que finalmente dirigirá Mónica Cobo, según explicaron fuentes del partido en Madrid.
La formación de Albert Rivera afronta un reto nunca visto en la historia de la democracia en España. Ciudadanos, que nació en 2006 en Cataluña, no ha comenzado su expansión nacional hasta 2015. El objetivo de estar presente en toda la geografía española de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo ha obligado a que el ritmo del proceso sea vertiginoso. La dirección del partido dice que ha establecido estrictos procesos de filtrado con los que intentar evitar la llegada a la formación de lo que internamente denominan como “garbanzos negros”.
En toda España y tras formar más de 1.000 listas electorales, Ciudadanos ha tenido que organizar siete gestoras. Dos de las siete están en la Comunidad de Madrid: en Móstoles, donde Pedro Benayas ha sido apartado como candidato a la alcaldía por incorporar a personas de su entorno a la lista; y en Getafe, donde miembros del partido admiten que fallaron los filtros. En este último caso, se sometió a los miembros de la dirección local al protocolo habitual, basado principalmente en búsquedas por Internet, “y no se encontró nada”, dicen fuentes de la formación.
“Formalizamos la agrupación de Getafe el 30 de junio de 2014”, explica César Zafra, el coordinador de Ciudadanos Madrid. “Llegados a noviembre, nos dimos cuenta de que tres de los cinco miembros de la junta directiva habían pertenecido a otros partidos políticos que no coincidían con el perfil de Ciudadanos y que no nos lo habían comunicado”, prosigue.
“Lo supimos mediante la denuncia de otro afiliado que nos mandó documentación: papeletas, fotos en las que aparecían en reuniones de Falange…”, continúa Zafra. “Reaccionaron mal”, subraya sobre los expulsados. “Hemos tardado hasta ahora en formar la gestora ante el riesgo que habíamos detectado de que mucha gente perteneciente a la agrupación de Getafe pudieran formar parte de este grupo”, añade. “Se han ido ellos, no ha hecho falta que les diéramos de baja como afiliados”, concluyen.
En consecuencia, y según Zafra, más de 10 afiliados han abandonado la agrupación de Getafe, donde no hay más de 70.
“No había una coincidencia ideológica”, razona una fuente de la organización nacional sobre la expulsión de los miembros de la directiva de Getafe. “La diferencia entre Ciudadanos y otros partidos es que nosotros actuamos y se les aparta. Además de haber sido parte de España 2000 o de Falange, estaban vinculados a plataformas extremistas en Internet”.
Ciudadanos, que en 2009 acudió a las elecciones europeas en alianza con Libertas, de extrema derecha, es percibido por los electores como un partido en el centro exacto del arco ideológico, según las encuestas del CIS. En Madrid, dos gestoras reflejan cómo la dirección de Rivera lucha por preservar esa posición y el ADN de la formación en medio de un proceso de expansión sin precedentes que puede llevar a que Ciudadanos sea decisivo en la formación de los Gobiernos de las ciudades más importantes de la Comunidad de Madrid, donde cuenta con más de 1.600 afiliados.
