El jefe del Departamento de Seguridad Regional de Moscú, Vladímir Chernikov, afirmó que los estadios estarán equipados con cámaras de vigilancia y sistemas de identificación.
31/05/2018 As.- Casi medio millar de ultras rusos han sido incluidos en la lista negra del Mundial de fútbol, según informó este jueves Vladímir Chernikov, jefe del Departamento de Seguridad Regional de Moscú. «Son 467 personas, de ellas 157 moscovitas, que no han recibido FAN ID (pasaporte de aficionado), el principal salvoconducto para poder acceder a los partidos mundialistas«, afirmó.
«El deporte debe unir a la gente y en ningún caso instigar pasiones ajenas al fútbol. Somos conscientes del problema y por eso a día de hoy trabajamos con las peñas del Manchester United, Liverpool y Chelsea en nuestro país», subrayó.
En el caso de la Copa Confederaciones disputada hace un año en cuatro ciudades rusas, las autoridades también elaboraron una lista negra en la que incluyeron a casi 200 hinchas. Según la prensa occidental, los ultras rusos se han convertido en la nueva ‘peste’ del fútbol europeo.
Los altercados protagonizados en febrero por aficionados del Spartak Moscú y del Athletic de Bilbao en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga Europa, en los que murió un policía vasco de un infarto, hicieron temer lo peor.
Algunas voces incluso pidieron que los clubes rusos fueran expulsados de las competiciones europeas, como ocurrió con los ingleses (1985-90).
Cuando labraron su fama de sucesores de los ‘hooligans’ ingleses fue mucho antes, en la Eurocopa de Francia de 2016, en la que protagonizaron varias batallas campales que han quedado grabadas a sangre y fuego en las calles de Marsella y Lille.
Entonces, demostraron que ya han superado a los ingleses, especialmente en lo que se refiere a organización y preparación física -la policía les define como paramilitares-, como se puede ver en los entrenamientos que organizan en bosques en las afueras de la capital rusa.
En su momento, el presidente ruso, Vladímir Putin, endureció los castigos contra los aficionados violentos, tanto rusos como extranjeros. Según la ley, aquellos hinchas que violen de manera flagrante las normas durante las competiciones deportivas recibirán multas de hasta 20.000 rublos (más de 300 euros), serán arrestados durante 15 días o se verán privados de acceder a un estadio por espacio de uno a siete años.
En el caso de que el infractor sea un seguidor extranjero, éste recibirá una multa similar y, además, será deportado, como ocurrió en junio de 2016 con los ultras rusos durante la Eurocopa.