20Minutos.- Según una encuesta lleva a cabo por Plena Inclusión y la Red Estatal de Ocio sobre cómo viajan y pasan las vacaciones las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo casi la mitad de ellas no elige ni dónde viajar ni qué hacer cuando salen de vacaciones.
La falta de autonomía puede estar detrás de esta falta de decisión, pues, según esta encuesta, el 74% de los participantes señala que necesita una persona de apoyo para viajar, y la mitad de ellas (el 48%) no puede elegir su persona de apoyo, «tres de cada cuatro personas con discapacidad intelectual y del desarrollo necesitan una persona de apoyo para viajar. Y si viajan con una asociación, generalmente es acompañadas por un profesional. Esto supone un sobrecoste en el precio de las actividades y no siempre hay suficientes profesionales para prestar apoyos individualizados. El problema es económico y de disponibilidad», explica Beatriz Vega, responsable del programa ‘Vacaciones’ de Plena inclusión España.
El dato positivo es que la mayoría de las personas pueden decidir si viajan o no, ya sea de manera totalmente autónoma (22% – 196 personas, de los 870 encuestados) o con una persona de apoyo (48% – 414 personas). En el 20% de los casos (174 personas) son las personas de la asociación las que deciden y para el 10% (86 personas) la decisión recae en su familia.
En cuanto a elegir dónde quiere viajar, solo el 15% (134 personas) lo hace de forma autónoma y el 23 % (203 personas) con apoyo de otra persona. La familia elige en el 41% de los casos (252 personas) y para el 21% (181 personas) son las personas de las asociaciones las que eligen el destino, algo que inquieta a Plena Inclusión, «nos preocupa que muchas personas no siempre puedan decidir cuándo viajar, qué hacer durante el viaje o con quién viajar. Y también que no puedan decidir qué persona les apoya en los viajes. El ocio y las vacaciones tienen que ser espacios en los que las personas disfruten y puedan hacer cosas que les gusta», insiste Beatriz Vega.
Esta encuesta muestra un resultado distinto en función de con quién vive la persona. Así, y como es lógico, en las personas que viven en residencias o pisos tutelados, el porcentaje de familias que deciden se reduce al 6-8% y aumenta el papel en la toma de decisiones de las personas de las asociaciones.
En el 51% son estas personas las que deciden si viven en residencias y en el 21% cuando la persona viva en un piso tutelado. El poder de decidir solo o con apoyo aumenta hasta el 65% cuando las personas viven solas o con otras personas.
Es importante creer en sus capacidades, respetar sus gustos y preferencias, y dar apoyos personalizados para que puedan disfrutar de un ocio de calidad
En cuanto a lo que van a hacer durante los viajes, la mitad, el 49% (433 personas) elige de forma autónoma o con otras personas, el 32% (278 personas) lo elige su familia y en el 19% (107 personas) son las personas de las asociaciones las que toman las decisiones.
Detrás de estos datos puede estar la sobreprotección que todavía existe a la hora de dar autonomía a las personas con discapacidad intelectual, «sigue estando presente en las familias y también en muchos profesionales, pero es importante creer en las capacidades de cada persona, respetar sus gustos y preferencias, y dar apoyos personalizados para que puedan disfrutar de un ocio de calidad».
Si se analizan los datos en función de la edad, encontramos diferencias significativas, aunque la toma de decisiones por parte de la familia es la opción más frecuente en la mayoría de los rangos de edad. Aun así, cuando las personas con discapacidad tienen entre 16 a 18 años la familia decide en algo más de 6 de cada 10 personas, y esta proporción va disminuyendo conforme avanza la edad, hasta que en el rango de más de 60 años son las entidades las que deciden en 4 de cada 10 ocasiones.
En el caso del grado de discapacidad, en todos los rangos de discapacidad, la familia es la opción más votada y el peso del personal de las entidades va aumentando conforme aumenta el grado de discapacidad.
Los datos de la encuesta dejar ver que, aunque vamos avanzando, todavía queda mucho por hacer en cuanto al ocio de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, que todavía ven como en algunos casos se vulneran sus derechos, «el ocio no es una excepción. No se respetan sus derechos cuando los espacios no son accesibles, cuando no tienen información por adelantado, cuando no tienen los apoyos necesarios para disfrutarlo, no pueden elegir, la única opción que tienen es la de ir en grupo, o cuando no pueden elegir a los compañeros de viaje», alerta Beatriz Vega.
Más confianza en ellos, más apoyos en su toma de decisiones y, sobre todo, dejarles participar, es la clave para que, en futuras encuestas, se logre dar la vuelta a algunos de estos datos, «hay que confiar en las capacidades de las personas, darles tiempo y espacio para que puedan decidir cómo quieren que sean sus vacaciones y reivindicar que tengan apoyos personalizados y que estos no les supongan un sobrecoste», asegura Vega.
Esta encuesta nos advierte de que nos queda mucho camino por delante en campos como el derecho al ocio
Por su parte, la vicepresidenta de Plena inclusión España Maribel Cáceres, también cree que, aunque hay que mejorar, hay motivos para el optimismo e invita a empoderarlas, «vemos cómo cada vez hay más personas con discapacidad tomando decisiones en juntas directivas de entidades, pero esta encuesta nos advierte de que nos queda mucho camino por delante en campos como el derecho al ocio. Allí también debe llegar lo que llamamos El Poder de las Personas, es decir, nuestro empoderamiento”, asevera.