EFE. ELDIARIO.ES.- Cerca de medio millón de menores se hayan en riesgo a causa de los combates que el gobierno sostenido por la ONU en Trípoli y las tropas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter libran desde hace una semana por el control de la capital libia, advirtió hoy a Efe la oficina de coordinación humanitaria OCHA.
Un alto riesgo de crisis humanitaria inminente al que se suman las precarias condiciones en la que se hayan miles de refugiados hacinados en centros de detención y las cerca de mil familias que se han visto obligadas a desplazarse debido a los enfrentamientos armados, de momento limitados a los barrios del sur.
«Hay decenas de ellos más atrapados en sus hogares, sin opciones de huir de manera segura», explicó una funcionario establecido en Túnez.
Las batallas empezaron el pasado 4 de abril, fecha en la que el mariscal Hafter, hombre fuerte del este del país, ordenó la conquista de Trípoli con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su interior, en un claro mensaje a la comunidad internacional.
Desde entonces, los combates -que han causado medio centenar de muertos- se libran a diario en los barrios de Ain Zara, Al Rabie y el campo de Al Yarmouk, con el antiguo aeropuerto internacional de Trípoli como principal objetivo.
El aeródromo, en desuso desde hace años, está desde el fin de semana en poder de las fuerzas orientales, que tratan de avanzar por el eje meridional desde la localidad de Tarhouna, a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad.
En los enfrentamientos también participan milicias procedentes de la vecina ciudad estado de Misrata, principal puerto comercial de Libia, enviadas en auxilio del gobierno impuesto por la ONU en 2016 tras su fallido plan de paz.
En este ambiente de creciente violencia, la oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se vio obligada en las últimas horas a recolocar a cerca de 150 refugiados y solicitantes de asilo que habían quedado atrapados en un centro de detención en la localidad de Ain Zara.
Cientos más han logrado huir de otros centros de detención en la capital y al igual que decenas de residentes viajado hacia el oeste con el objetivo de alcanzar la frontera de Túnez.
«Muchos refugiados y migrantes en Libia sufren condiciones perversas. Ahora corren un grave riesgo adicional, y debemos esforzarnos por sacar a todos los civiles del peligro y llevarlos a lugares donde estén más seguros «, dijo el Jefe Adjunto de Misión de ACNUR en Libia, Matthew Brook.
De conquistar la capital, Hafter se haría prácticamente con el control de toda Libia, ya que en la actualidad domina las regiones del este y del sur y todos los recursos petroleros, única riqueza que explota el país.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad tiene dos focos de poder: un gobierno impuesto por la ONU y sostenido por la Unión Europea en Trípoli, y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk bajo la tutela de Hafter.
Del caos se benefician decenas de milicias y grupos mafiosos dedicados al contrabando de armas, personas y combustible que se han convertido en el verdadero motor de un estado con una economía destruida.