La Vanguardia.- Las redes sociales eran su principal caladero para pescar adeptos, pero luego pasaron a las reuniones físicas.
Las nasheeds son canciones con una larga tradición en la religión islámica nacidas para ofrecer una lectura artística del Corán. Esas creaciones han sido adaptadas —con voces seductoras a ritmo de disparos y sables afilados— por yihadistas para captar adeptos. Estas nasheeds con fines terroristas son el nexo común en toda la maquinaria de producción audiovisual que había puesto en marcha la célula yihadista que ha sido desarticulada esta semana en Melilla para convertir a jóvenes en “soldados de Alá”.
La presunta célula vinculada al Estado Islámico estaba perfectamente jerarquizada. En la cúspide, según señalan a La Vanguardia fuentes próximas a la investigación, se encontraba el imán (59 años) de una de las mezquitas de Melilla. Es un viejo conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De él dependían –más directa o indirectamente– los otros doce detenidos en la ciudad autónoma, en la vecina Nador (Marruecos) y en Granada. Mientras que el imán era el responsable de la estrategia de contenidos virtuales para señalar a los jóvenes “el camino correcto; el de la yihad”, el resto se encargaba de idearlos, componerlos y distribuirlos.
Se trata de vídeos cortos con imágenes bélicas al ritmo de nasheeds para ser colgados en Facebook, Instagram o Tiktok; unos caladeros perfectos para pescar al público más joven; el más influenciable. Las dos mujeres arrestadas en la operación pilotada por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional elaboraban el material utilizando archivos distribuidos por las productoras del Estado Islámico. El resultado, un material que incitaba “a la comisión de acciones violentas”, era visualizado por decenas de miles de usuarios, apuntan las mismas fuentes. Entre los receptores, según fuentes policiales, se encuentran menore de edad.
Cantos a la yihad al ritmo de tiros y sables: así captaba a jóvenes la célula terrorista de Melilla VIDEO
A prisión 9 presuntos yihadistas detenidos esta semana en Melilla y Zaragoza
Entre los 13 detenidos —11 en España y 2 en Marruecos— hay varones que ya fueron condenados por delitos de terrorismo. Pese a su paso por prisión, los de nuevo detenidos no abandonaron sus postulados yihadistas. Fuentes del Ministerio del Interior explican a este periódico que los programas de reinserción de este tipo de presos están siendo revisados para su mejora debido a la poca participación –siempre es voluntaria– con la que cuentan.
La investigación —dirigida por la Audiencia Nacional— cobró mayor relevancia cuando los agentes detectaron que la célula pasaba del plano virtual al físico. Los integrantes comenzaron a celebrar reuniones en lugares íntimos como garajes o menos discretos como mezquitas o parques públicos. Según los investigadores el formato de estos encuentros era “cambiante”: en unas ocasiones las citas eran más doctrinales y en otras la jornada tenía “formato de convivencia” en las que había actividades físicas.
En unas y otras —estando presentes varios miembros de la célula— se hacían llamamientos a la yihad con mensajes muy radicalizados. Aquí también, los nasheeds eran una constante. Hay encuentros en los que los investigadores tienen acreditada la asistencia de hasta un centenar de personas. En otras citas el número era mucho más reducido, con no más de una decena de asistentes.
Durante la explotación de la operación más de 100 agentes se desplegaron en Melilla y Granada para proceder a los arrestos y los registros de trece domicilios. Fruto de estos se incautó “numeroso” material documental e informático, así como equipos videográficos utilizados para la producción del material audiovisual. Además, tal y como apuntan fuentes policiales, se decomisaron “armas prohibidas”, pero no de fuego. Fuentes jurídicas aseguran que el grupo también poseía manuales sobre explosivos o tácticas de entrenamiento militar.
Ocho de los detenidos han sido enviados a prisión y tres han sido puestos en libertad. El material incautado servirá ahora de pruebas para tratar de abrir juicio oral contra los acusados por delitos de terrorismo en la Audiencia Nacional. El mismo tribunal que la semana pasada desmontó la primera operación policial contra el frente de cárceles yihadista, absolviendo por falta de pruebas a cinco presos acusados de formar un grupo terrorista para la captación de otros reclusos.