Las autoridades marroquíes piden a España que neutralice los mensajes en redes sociales que incentivan a lanzarse al mar
MARÍA MARTÍN. EL PAÍS.- La noche del 23 de septiembre septiembre del año pasado cientos de jóvenes se aglomeraron en las playas de Alhucemas, en el norte de Marruecos, a la espera de embarcarse en una patera con destino a España. Una multitud se concentró allí hasta las tres de la madrugada convencida de la veracidad de una serie de publicaciones que salpicaron sus perfiles en las redes sociales durante todo el día. Anunciaban viajes gratis y seguros a las costas españolas. No había nada de eso: el nutrido grupo, al ver que no vendría ninguna embarcación a buscarlos, volvió a casa.
A pesar de la constatación de que se trataba de una campaña de noticias falsas —sobre una muy improbable “inmigración gratis”— en las redes, la escena se repitió la noche siguiente en las playas de ciudades mediterráneas de Marruecos como Alhucemas, Driuch (noreste) y de toda la costa mediterránea al sur de Ceuta, según informó la agencia Efe. Cada vez que se acercaba la luz de un barco de pesca o de una patrullera de la guardia costera, relataba la agencia, los cientos de personas concentradas, adultos y menores, corrían hacia las embarcaciones pensando que se trataba de una patera.
“Es una escena extraña. A lo largo del paseo marítimo de Alhucemas ciudadanos de diferentes edades, algunos de la ciudad y otros llegados de otros sitios, se dedican a mirar al mar esperando lo que les pueda traer”, describió entonces a Efe el activista de derechos humanos en la ciudad Nayim Hiduch.
Esa misma semana, decenas de jóvenes se concentraron en el paseo marítimo de Río Martin, a unos 10 kilómetros de Tetuán. Saltaban y gritaban consignas como “¡Inmigración gratis! ¡Necesitamos inmigración gratis!”, después de que la Marina Real Marroquí frustrase su embarque en una patera.
El efecto de este tipo de bulos, que comenzaron a multiplicarse durante el verano, puso en alerta a las autoridades marroquíes, que intensificaron la presencia de fuerzas de seguridad en sus playas y establecieron puestos de control en las carreteras de acceso a la costa. España, que comparte con Marruecos su preocupación por la divulgación de este tipo de mensajes, se ha comprometido a ayudar a Marruecos a “neutralizar” estas publicaciones y desmontar los bulos de las redes sociales.
El plan consiste en idear una campaña publicitaria para las redes sociales en la que se incida en el riesgo de cruzar el Estrecho y en la dificultad de comenzar una nueva vida en España como inmigrante irregular. “Coincidimos con ellos en que es necesario hacer pedagogía y alertar de los riesgos de la irregularidad. Hay que insistir mucho en que el sueño europeo no existe y la patera no es la solución”, mantienen fuentes de la Secretaría de Estado de Migraciones.
La campaña pretende acabar con los rumores que venden una inmigración gratuita y segura, pero también contrarrestar el efecto de los innumerables vídeos colgados por los marroquíes que consiguen llegar a tierra y que viralizan sin freno en las redes de los más jóvenes.
Algunos de ellos han llegado a hacer incluso retransmisiones en directo en Facebook en plena travesía incentivando a sus compatriotas a lanzarse al mar en busca de un destino mejor. “Mejor que me devoren los tiburones a seguir viviendo en Marruecos” o “Nos volveremos a ver en un mundo mejor”, son algunas de las frases de los migrantes recogidas por el semanario de Casablanca Tel Quel.
También los narcos españoles han desempeñado un papel en las redes sociales al grabar y publicar vídeos transportando migrantes de una costa a otra en algunos casos de forma gratuita, según han reportado varios medios.
Mucho menos populares son los vídeos de naufragios en los que este año han muerto o han desaparecido 769 personas intentando llegar a España, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La nueva campaña se inspirará en otra ya difundida en las televisiones de Senegal en 2007. El vídeo, que pretendía disuadir a los jóvenes de embarcarse en una aventura muchas veces mortal, fue una respuesta a la llamada crisis de los cayucos, en 2006, cuando más de 30.000 personas, sobre todo senegaleses y mauritanos, llegaron a las costas canarias.
Las diferentes versiones de aquel anuncio, ideado por la Secretaría de Estado de Inmigración que dirigía también en aquella época Consuelo Rumí, mostraban tres historias de migrantes acabadas en tragedia y concluían con un mensaje del cantante Youssou N’Dour: “Miles de jóvenes han muerto. No arriesgues tu vida para nada. Eres el futuro de África”.
El Gobierno español gastó en aquella campaña —que se prolongó durante seis semanas— alrededor de un millón de euros. La nueva estrategia no está presupuestada, pero tendrá, según fuentes de la secretaría, “un coste asumible”.