Cambian de colegio a un niño transexual para evitar el acoso de sus compañeros

| 24 junio, 2023

Levante.- Los constantes episodios de acoso por parte de compañeros de colegio a un alumno transexual de un centro privado de la Safor ha obligado a sus padres, Ana Isabel y David, ha optar por matricularlo en otro lugar para garantizar su estabilidad emocional y su correcto desarrollo.

El acoso al joven, de 13 años, empezó a producirse entre abril y mayo del año pasado, cuando se produjo el cambio en la identidad de género. Los padres denuncian humillaciones constantes, insultos, hostigamiento, aislamiento o mofa, hasta el punto de que en varias ocasiones no acudió al colegio y precisó de una mayor asistencia psicológica.

Los constantes episodios de acoso por parte de compañeros de colegio a un alumno transexual de un centro privado de la Safor ha obligado a sus padres, Ana Isabel y David, ha optar por matricularlo en otro lugar para garantizar su estabilidad emocional y su correcto desarrollo.

El acoso al joven, de 13 años, empezó a producirse entre abril y mayo del año pasado, cuando se produjo el cambio en la identidad de género. Los padres denuncian humillaciones constantes, insultos, hostigamiento, aislamiento o mofa, hasta el punto de que en varias ocasiones no acudió al colegio y precisó de una mayor asistencia psicológica.

Fue entonces cuando se solicitó una actuación más contundente por parte del centro escolar y, a su vez, reforzaron la asistencia sicológica al menor, que seguía el proceso de transición de género y que, para agravar el problema, era víctima de acoso también a través de las redes sociales y de llamadas telefónicas desde número oculto.

En conversación con este periódico, los padres señalan que si bien inicialmente se produjo una relación fluida con el colegio, después lo que encontraron fue «pasividad» y la falta «de una intervención efectiva y contundente» para poner fin al hostigamiento que estaba sufriendo su hijo. «La única actuación llevada a cabo por el colegio fue la de entrevistar individualmente a los compañeros de clase, generando con ello una situación de mayor escarnio» a la víctima. Pensando siempre en lo mejor para su hijo, la primera semana de diciembre se optó por sacar al alumno del centro privado y llevarlo a otro colegio, en este caso de Gandia, donde, según relatan, ha podido terminar satisfactoriamente el curso.

Mucha pasividad

La familia no solo considera que hubo pasividad por parte de la dirección del centro, sino que extiende esa acusación a la Conselleria de Educación, a la que, a través de un letrado, ha requerido en dos ocasiones, de momento sin respuesta, la incoación de un procedimeinto administrativo que aclare todo lo sucedido y, en su caso, resuelva las responsabilidades que puedan derivarse.

La versión del centro, sin embargo, colisiona frontamente con la de los padres. La dirección, a requerimiento de este periódico, ha señalado que cuando el niño cambio de género «el colegio lo apoyó tanto a él como a su familia en todo momento», trasladó la idea de que todos deben ser respetuosos con esas decisiones y cuidó «de que no se diera ningún hecho que pudiera hacer sentir mal al alumno».

Después, cuando la familia planteó su preocupación por lo que ocurría, activó el protocolo de acoso, lo trasaldó a la Conselleria de Educación y explicó al inspector cómo se estaba actuando. «En todo momento el colegio estuvo abierto a las sugerencias y peticiones de la familia para que se sintieran apoyados y acompañados», y concluye que «fue una sorpresa» que se comunicara que el alumno iba a cambiar de centro.

Educación ha señalado que, efectivamente, el centro comunicó la incidencia el 28 de noviembre y que entonces comenzaron sus actuaciones, pero solo unos días después el inspector tuvo conocimiento de que había cambiado de centro, de manera que telefoneó a la familia para explicarles cómo actuó la Administración.

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