DOS MANZANAS.- Bill de Blasio, alcalde de Nueva York desde el 1 de enero, ha anunciado que no participará en el tradicional desfile del Día de San Patricio debido a la exclusión del mismo de los grupos LGTB. Será la primera vez en 20 años que el alcalde de la ciudad no estará presente en el acto más simbólico de la principal festividad de la comunidad irlandesa.
La polémica en torno a la exclusión de cualquier atisbo de representatividad LGTB en el desfile de San Patricio no es ni mucho menos nueva. Cualquier referencia al tema (banderas, pins, pancartas, etc.) está estrictamente prohibida. Los organizadores del desfile, la Orden de los Hiberneos (Ancient Order of Hibernians, sociedad vinculada al nacionalismo tradicionalista irlandés para pertenecer a la cual hay que tener sangre irlandesa y ser católico) justifican su negativa en que se trata de “un desfile religioso”, a pesar de que hace años que San Patricio se convirtió en una celebración secular que moviliza a cientos de miles de personas.
Ya en 1993 el entonces alcalde, David Dinkins, boicoteó la marcha después de que los tribunales confirmaran que la prohibición de participar a los grupos LGTB era legal. Una decisión judicial que entonces fue recibida como una gran victoria por el ya fallecido cardenal John O’Connor, arzobispo de Nueva York. Ahí quedó la protesta. Ninguno de los sucesores de Dinkins, Rudolf Giuliani y Michael Bloomberg, repitió el gesto. Sin embargo, hace pocos años la polémica volvía a ganar calado político. En 2009 la entonces concejala Christine Quinn, abiertamente lesbiana (y por cierto rival de Bill de Blasio en las primarias demócratas para la alcaldía) intentó reunirse con los organizadores sin obtener respuesta alguna. La polémica acabó por llegar a la propia Irlanda, donde la postura de los tradicionalistas no encontró precisamente comprensión. La entonces Presidenta de Irlanda, Mary McAleese, rechazó en 2010 el cargo de “grand marshal” del desfile por ese motivo. Y en 2011 fue el ministro irlandés de Exteriores, el laborista Eamon Gilmore, el que criticó abiertamente la discriminación de los colectivos LGTB. “Excluir no es propio de irlandeses”, afirmó entonces Gilmore.
Bill de Blasio, que pasa por ser un político comprometido con los derechos LGTB, ha recuperado 20 años después del gesto de Dinkins. “Simplemente estoy en desacuerdo con los organizadores del desfile en la exclusión de algunas personas de esta ciudad”, ha afirmado el alcalde en rueda de prensa. Una decisión que ha merecido las críticas del presidente de la Liga Católica, William Donohue, que ha dicho sentirse “encantado” de no tener que desfilar junto a alguien que “no quiere ver su nombre asociado a los irlandeses católicos”. De Blasio sí ha confirmado que acudirá a otros eventos relacionados con el Día de San Patricio.
De Blasio también ha recibido críticas de aquellos que consideran que su gesto no es suficiente, y que debería haber dado orden de no participar en el desfile al personal uniformado dependiente del Ayuntamiento, como bomberos u oficiales de policía. Una idea que el alcalde ha rechazado de plano, al considerar que aquellos trabajadores que deseen ir al desfile con su uniforme están en el derecho de hacerlo.