RAGAP.- Amnistía Internacional Australia ha pedido a las autoridades de Bielorrusia que abran una investigación de los motivos por los que el activista gay, Ihar Tsikhanyuk, fue golpeado y amenazado por la policía después de pedir el registro de un grupo de derechos LGBTI ante las autoridades bielorrusas. A principios de este año Ihar Tsikhanyuk solicitó dar de alta a la nueva asociación con el nombre de «Lamda» pero, asegura, la respuesta de las autoridades fue sacarlo de la cama de un hospital (donde estaba siendo tratado por una úlcera de estómago) y lo arrastraron hasta una comisaría donde sufrió todo tipo de vejaciones, fue brutalmente golpeado, acosado y amenazado. Tsikhanyuk dijo que presentó una denuncia contra los agentes, lo que dio lugar a más amenazas por parte de la policía.
«Yo escribí una queja», cuenta Tsikhanyuk, ‘Pero los policías me dijeron: Muchacho, ¿No te preocupa terminar con nueve gramos [una bala] en la frente?. Después del ataque, mi familia tuvo miedo. Me siento humillado y vacío, porque no hay nada que se pueda hacer. No tenemos suficientes formas de combatir, o bien la legislación suficiente para proteger a las personas LGBTI en Bielorrusia», cuenta el activista con desesperanza.
Amnistía Internacional Australia han pedido a los ciudadanos de este país de la esfera ex soviética que escriban a su Gobierno para exigirle que abra una investigación adecuada de la conducta policial con Tsikhanyuk: ‘Ser tratado así por la policía, simplemente por ser quien eres, es indignante e inaceptable.
Las autoridades Bielorrusas deben saber que los ojos del mundo están puestos en ellos ahora’, pide la coordinadora de Amnistía Internacional Australia, Rose Kulak.
Tsikhanyuk espera que el apoyo de simpatizantes de Amnistía Internacional podría mejorar el tratamiento de los activistas pro derechos LGBTI en Bielorrusia: “Las personas LGBTI se sentirán más valientes y más esperanzadas. Se demostrará que todos somos iguales en la República de Bielorrusia”.
En marzo del año pasado, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, dijo ‘mejor ser un dictador que gay’, en respuesta a los críticos de su régimen que ha sido llamada ‘la última dictadura estalinista en Europa’.