El Gobierno de la isla caribeña elimina la unión entre personas del mismo sexo, que fue legalizada el pasado mes de mayo por un fallo del Tribunal Supremo
ROGER SABATÉS. EL PAÍS.- La vida del matrimonio homosexual en Bermudas ha sido corta. La isla atlántica se convirtió este miércoles en el primer territorio del mundo en abolir la unión entre personas del mismo sexo después de que fuera legalizada por un fallo del Tribunal Supremo el pasado mes de mayo. La nueva ley que niega este derecho, aprobada por el gobernador de Bermudas tras obtener un amplio apoyo en la Cámara de Representantes y el Senado, no anulará el estado civil de la docena de parejas homosexuales que se habían casado hasta la fecha. Organizaciones que defienden los derechos de la comunidad LGTBI en este territorio de ultramar británico aseguran que la nueva legislación discrimina los derechos de las personas homosexuales.
«El matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, mientras que al mismo tiempo reconoce y protege los derechos de las parejas del mismo sexo», argumentó este miércoles Walton Brown, ministro del Interior de Bermudas. Brown, cuyo partido impulsó la abolición, defendió la medida como una forma de equilibrar el carácter socialmente conservador de la isla con los derechos de las personas homosexuales y las sentencias de los tribunales europeos, informa Reuters.
El fallo del Tribunal Supremo que había legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo fue celebrado por la comunidad gay, pero también indignó a miles de persones que se concentraron frente al Parlamento de la isla en señal de protesta. En 2016, el no a la aprobación del matrimonio homosexual fue respaldado por más del 60% de ciudadanos en un referéndum que fue declarado no vinculante al no alcanzarse el mínimo de participación requerida.
Winston Godwin, un abogado de Bermudas afincado en Canadá que lucha por la igualdad matrimonial en la isla, asegura que es “una jornada triste para los derechos humanos”. Godwin, que animó a Julia Saltus y Judith Aidoo a convertirse en las primeras mujeres en casarse en la isla el pasado mes del junio, cree que los cambios en la sociedad no ocurren de un día para otro y que el camino hacia la igualdad de derechos continua.
Para la asociación Rainbow Alliance, la decisión provoca que haya “matrimonios de segunda clase” y supone una involución en los derechos de la comunidad LGTBI, mientras que Ty Cobb, director del grupo Human Rights Campaign, ha declarado a la cadena estadounidense NBC que la decisión “secuestra la reputación a nivel internacional de Bermudas así como su economía”.
Durante las últimas semanas desde el Reino Unido algunas asociaciones por los derechos humanos habían presionado al ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, para que frenara la abolición del matrimonio homosexual. En un debate en la Cámara de los Comunes el mes pasado, el laborista Chris Bryant calificó el proyecto como “una legislación profundamente desagradable y muy cínica”.
En 2017, Australia, Alemania, Malta y Taiwán se sumaron a la lista de 22 países que permiten las bodas homosexuales. Además, la Corte Constitucional austríaca ordenó el pasado diciembre la autorización de este tipo de alianza para marzo de 2019.